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sábado, 3 de agosto de 2013

Gran puesta de largo del Barça

El primer Barça de Martino se pareció bastante al mejor Barça de siempre. No conviene sacar las cosas de quicio, aunque quien presenció el Gamper en el Nou Camp puede dejar constancia de ello. Una paliza de entidad al Santos aun sin la determinante contribución de Neymar, fuera del once titular, por extraño que parezca. Apenas coincidió el brasileño con Messi un cuarto de hora del segundo tiempo. Desde el costado izquierdo dejó un par de trazos de su categoría. Tiempo habrá para disfrutarle en otras citas. [Narración (8-0)]
Ocho bofetadas se llevó O Peixe, un aristócrata del fútbol venido a menos. Una tunda como aquella del Mundialito 2011, cuando el equipo de Guardiola bordó el fútbol en Yokohama. Sin alcanzar los niveles de entonces, este Barça exhibió sus virtudes, que son más cuanto más rápido juega. Es decir, cuando Messi, Pedro o sus laterales desbordan sin freno.
Así llegaron los cuatro goles de la primera media hora, un prodigio de intensidad azulgrana, tanto en la presión como en el toque. Messi, cómo no, fue el primero en aprovechar una indecisión de los centrales, quebrar a Aranha y cruzar a la red. También participó Leo en otra transición por el centro, finísimamente definida por Alexis. Desde la derecha centró una y otra vez Alves y en una de esas, Leo remató sin querer hacia su propia escuadra. Como broche al festival, un frenesí de toques, la incorporación de Alba y la puntilla de Pedro, que enseñó un mensaje de apoyo a Tito Vilanova.

Homenajes a Ramallets

En el viernes también se homenajeaba a Antoni Ramallets, recientemente fallecido. Así que Pinto saltó a la hierba con su nombre escrito sobre los hombros. Era el portero una de las ocho caras nuevas tras el descanso, aunque si algo viró la noche fue hacia una mayor superioridad azulgrana. Fábregas y Adriano, comandaron las operaciones. Neymar concitó todas las miradas.
Un ratito no más junto a Messi, un par de acciones juntos, aunque nada memorable, desde luego. Escorado en la banda, pareció entenderse mejor con Fábregas, el interlocutor perfecto. Ante los rumores de su posible salida a finales de verano, Cesc replicó con dos goles, uno cortesía de Neymar, y otra asistencia. Pocos centrocampistas en el mundo pueden combinar semejante capacidad de asociación y llegada.
El regreso del internacional, como el de Valdés, Piqué, Xavi o Busquets, no pudo tener mejor impacto sobre un equipo que había vacilado más de lo conveniente en julio. Por eso, el Gamper tuvo efectos más que benéficos. Con el golazo de Adriano y el estreno de tres chavales como Dani Nieto, Bagnat y Dongou, capaz incluso de cerrar el marcador. Demasiado largo para el Santos, un rival menor, que sólo inquietó a balón parado y cometió la mitad de faltas (seis frente a 12).

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