El primer Barça de Martino se pareció bastante al mejor Barça de
siempre. No conviene sacar las cosas de quicio, aunque quien presenció
el Gamper en el Nou Camp puede dejar constancia de ello. Una paliza de
entidad al Santos aun sin la determinante contribución de Neymar, fuera
del once titular, por extraño que parezca. Apenas coincidió el brasileño
con Messi un cuarto de hora del segundo tiempo. Desde el costado
izquierdo dejó un par de trazos de su categoría. Tiempo habrá para
disfrutarle en otras citas. [Narración (8-0)]
Ocho bofetadas se llevó O Peixe, un aristócrata del fútbol venido a
menos. Una tunda como aquella del Mundialito 2011, cuando el equipo de
Guardiola bordó el fútbol en Yokohama. Sin alcanzar los niveles de
entonces, este Barça exhibió sus virtudes, que son más cuanto más rápido
juega. Es decir, cuando Messi, Pedro o sus laterales desbordan sin
freno.
Así llegaron los cuatro goles de la primera media hora, un prodigio
de intensidad azulgrana, tanto en la presión como en el toque. Messi,
cómo no, fue el primero en aprovechar una indecisión de los centrales,
quebrar a Aranha y cruzar a la red. También participó Leo en otra
transición por el centro, finísimamente definida por Alexis. Desde la
derecha centró una y otra vez Alves y en una de esas, Leo remató sin
querer hacia su propia escuadra. Como broche al festival, un frenesí de
toques, la incorporación de Alba y la puntilla de Pedro, que enseñó un
mensaje de apoyo a Tito Vilanova.
Homenajes a Ramallets
En el viernes también se homenajeaba a Antoni Ramallets,
recientemente fallecido. Así que Pinto saltó a la hierba con su nombre
escrito sobre los hombros. Era el portero una de las ocho caras nuevas
tras el descanso, aunque si algo viró la noche fue hacia una mayor
superioridad azulgrana. Fábregas y Adriano, comandaron las operaciones.
Neymar concitó todas las miradas.
Un ratito no más junto a Messi, un par de acciones juntos, aunque
nada memorable, desde luego. Escorado en la banda, pareció entenderse
mejor con Fábregas, el interlocutor perfecto. Ante los rumores de su
posible salida a finales de verano, Cesc replicó con dos goles, uno
cortesía de Neymar, y otra asistencia. Pocos centrocampistas en el mundo
pueden combinar semejante capacidad de asociación y llegada.
El regreso del internacional, como el de Valdés, Piqué, Xavi o
Busquets, no pudo tener mejor impacto sobre un equipo que había vacilado
más de lo conveniente en julio. Por eso, el Gamper tuvo efectos más que
benéficos. Con el golazo de Adriano y el estreno de tres chavales como
Dani Nieto, Bagnat y Dongou, capaz incluso de cerrar el marcador.
Demasiado largo para el Santos, un rival menor, que sólo inquietó a
balón parado y cometió la mitad de faltas (seis frente a 12).
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