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martes, 6 de agosto de 2013

Cataluña detecta carencias alimentarias en 50.000 niños

La Sindicatura de Greuges se sumó ayer a los recientes avisos sobre los problemas de malnutrición entre la infancia en Cataluña en casos relacionados con la probreza. El titular de la institución, Rafael Ribó, alertó de que 50.000 menores catalanes sufren privaciones alimentarias y señaló, además, que los servicios médicos detectaron más de 750 niños con síntomas de desnutrición. “No se puede decir que los niños en Cataluña pasen hambre, pero sí hemos constatado decenas de miles de casos de malnutrición infantil”, apostilló el Síndic.
A la luz de una investigación de oficio impulsada para analizar el problema de la malnutrición infantil en Cataluña, Ribó destacó que “no existe un problema estructural de desnutrición infantil” derivado de la situación económica, pero alertó que, según la Encuesta de condiciones de vida y hábitos de la población 2011 del Idescat, el 4% de los 345.600 niños en riesgo de pobreza en Cataluña sufre carencias alimentarias como la ausencia de carne o pescado de forma regular en su dieta.
Asimismo, el Síndic reveló que, a junio de 2013, los servicios de atención primaria del Instituto Catalán de la Salud (ICS) había atendido a 751 niños con problemas nutricionales relacionados con la pobreza extrema y los bajos ingresos.
El Síndic de Greuges califica como “puntuales” los 751 casos de desnutrición vinculados a la pobreza diagnosticados, hasta junio de 2013, por los centros de atención primaria (CAP) del ICS e insiste en que no se trata de un problema estructural: “Los casos detectados por el ICS no deben hacernos pensar que hay hambre en Cataluña”.
Aun así, Ribó recordó que la tasa de riesgo de pobreza infantil en Cataluña se sitúa alrededor del 28% y que “no se puede pasar por alto las situaciones de malnutrición existentes” entre los menores de 16 años. La ausencia de escolarización de los menores de tres años los convierten, según el Síndic, en uno de los colectivos más vulnerables, ya que no se les puede asegurar ni siquiera una comida diaria.
El informe, que el defensor del pueblo catalán ya ha hecho llegar al Parlament, destaca también la prevalencia de situaciones de “subnutrición” infantil por la ingesta insuficiente de alimentos en determinados momentos del día o según la época del año.
El verano y los períodos vacacionales dificultan, según la investigación, la posibilidad de garantizar una alimentación adecuada de los niños en situación de malnutrición. El Síndic denunció las desigualdades territoriales y los problemas económicos y de calendario para acceder a los centros de ocio y campamentos de verano. “Agosto y septiembre son meses donde algunos de los mecanismos que se prevén como medidas para abordar la malnutrición infantil dejan de funcionar y además, hay zonas de Cataluña donde ni existen estos servicios”. Ribó exigió que las instituciones públicas garanticen la apertura de centros durante todo el año, incluidas las épocas de vacaciones, para asegurar al menos una comida diaria a los niños en riesgo de malnutrición.
El informe también reveló déficits en la cobertura de las ayudas al comedor escolar y retrasos en la concesión y el pago de las becas. De los más de 250.000 alumnos de las escuelas catalanas en riesgo de pobreza, solo 63.659 recibieron ayudas para el comedor este año.
El Síndic cree que el problema de malnutrición empeorará en verano
El Síndic tachó de “ineficaz y pobre de recursos” al actual sistema de becas comedor e instó a la Generalitat a agilizar las prestaciones para dar cobertura a este servicio. Calificó, además, como “un absurdo” que las becas se hagan efectivas cuando el curso ya está avanzado porque, aseguró, muchas familias se tienen que dar de baja ante la imposibilidad de afrontar los primeros pagos. “Las becas comedor no pueden ir solo a merced de las posibilidades presupuestarias”, apuntó.
Entre la treintena de recomendaciones que dirige el informe a la Generalitat, los ayuntamientos y los consejos comarcales, Ribó destacó también la revisión de la renta mínima de inserción (RMI), que sufrieron numerosos recortes y restricciones desde 2011 y han dejado al margen a miles de familias sin recursos.
El Síndic exigió a las administraciones públicas que condicionen las partidas presupuestarias a las necesidades sociales y económicas existentes. “Fuera las manos de cualquier recorte que afecte a los derechos universales básicos de la infancia, en este caso la igualdad de oportunidades en la nutrición infantil. No hay ningún argumento presupuestario para recortar esas partidas”, sentenció.

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