El presidente sudafricano, Jacob Zuma, ha declarado este lunes que el estado de Nelson Mandela
continúa siendo “crítico” y ha confirmado que cuando anoche fue a
visitarlo al hospital estaba “adormecido”. En un encuentro informal con
periodistas ha insistido en los mismos términos del comunicado oficial
de anoche para decir que los médicos están haciendo lo que está en su
mano por Mandela pero al mismo tiempo ha destacado que hay que “aceptar
que se trata de un hombre viejo”, por lo que se entiende que está
preparando a la ciudadanía para lo peor. “No soy médico pero cuando una
persona está crítica, está crítica. Son momentos difíciles”, ha dicho.
Además, Zuma ha instado a la sociedad sudafricana a mostrar “en
cualquier sitio su amor por Mandela”, unos gestos que los sudafricanos
llevan tiempo haciendo, dejando mensajes de apoyo en piedras de colores
en la puerta de su casa o acudiendo delante del hospital de Pretoria
donde está ingresado para cantarle canciones. “Tenemos que honrar a su
persona y a su vida”, ha concluido.
La extensa familia Mandela, por su parte, pide calma y respeto pero
sus mensajes ya no son tan optimistas como la semana pasada. Makaziwe,
la hija mayor fruto de su primer matrimonio con Evelyn, ha asegurado en
una entrevista a la cadena CNN que todos sus “rezos” van dirigidos a que
“sea una transición pacífica”. Sudáfrica, un país con fuertes
convicciones religiosas, reza por su héroe, por Madiba, el nombre tribal
con el que se le conoce cariñosamente, mientras al mismo tiempo cada
vez son más numerosos los que reclaman que se “le deje ir” y se termine
con su larga agonía.
Ante el agravamiento del estado de salud, los periodistas han vuelto a
hacer guardia ante el hospital de Pretoria dónde está ingresado desde
la madrugada del pasado 15 de junio y de su domicilio, en el residencial
barrio de Houghton en Johanesburgo. La hija ha criticado este
despliegue, calificándolo de “frenesí mediático” y ha reclamado a los
medios de comunicación que se retiren y dejen tranquilos a la familia.
“La sangre de Nelson Mandela corre por estas venas. Nuestras venas.
Déjenos el espacio para estar con él. Ya sean estos sus últimos momentos
con nosotros o aún nos quede algún tiempo con él, tienen [los medios]
que retirarse”, afirma. Pero traspasa los límites personales e incluso
de expresidente. Ese hombre “bueno”, como se refería Beauty, es para
muchos el héroe, el padre de Sudáfrica y un auténtico icono de la paz y
la reconciliación mundial, por lo que el foco mundial ahora mismo está
en su evolución.
La Casa Blanca sigue atentamente la evolución de Mandela. El
presidente de los EE UU, Barack Obama, tiene prevista su llegada a
Sudáfrica el próximo viernes en una gira que le llevará también a
Senegal, a partir del miércoles, y Tanzania. Zuma ha confirmado que el
estado de Mandela no hará variar la agenda pero no se ha referido a si
el líder estadounidense se acercará hasta el hospital para ver a
Mandela. Lo que sí está programado es la vista a Robben Island, la
cárcel donde Mandela pasó gran parte de sus 27 años encarcelado acusado
de traición y terrorismo por su lucha contra el apartheid.
Ajenos a los protocolos oficiales, los sudafricanos van haciéndose a
la idea de que la vida de Mandela se está apagando. Esta mañana Beauty
Shipambo ha llegado a la casa donde trabaja como limpiadora en un barrio
residencial de Johannesburgo sin saber que Madiba ha empeorado desde
hace más de 24 horas. “Shame (Qué pena)”, se exclama cuando se
entera de que la salud del primer presidente negro del país se apaga.
“No sé qué decir, me da mucha pena lo que le está pasando. Es un hombre
muy bueno”, se lamenta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario