Existen dos tipos de críos: los
estándar y los afortunados cuyos padres son hábiles con los lápices y
les hacen dibujos molones. Dentro de este segundo grupo también hay
clases: están los que reciben garabatos convencionales en papel, y luego
los que se van al colegio con el almuerzo ilustrado. Evan (15 años) y
Kenny (14) LaFerriere son (¿los únicos?) miembros de esta casta
privilegiada, puesto que su padre, David, lleva cinco años pintando cada día en las bolsas en las que les envuelve los sandwiches.
La obra bocadillera de este diseñador gráfico estadounidense se
compone de más de 1.000 ilustraciones de peces, pájaros, monstruos,
laberintos, robots, gusanos y toda clase de criaturas maravillosas
dibujadas con rotuladores indelebles de colores. Todas se pueden admirar
en su página de Flickr,
que al menos a mí me produce sentimientos encontrados: por un lado,
admiración y ternura, y por otro, envidia cochina por no haber tenido un
David LaFerriere en mi vida que me mandara todas las mañanas al cole
con un bocata personalizado. A este buen hombre le han llamado "el padre más guay de la historia", y no es para menos.
Unos inicios un tanto borrosos. /DAVID LAFERRIERE
Paseando el perrete (día minimalista). / DAVID LAFERRIERE
Ingredientes. / DAVID LAFERRIERE
Panorámica para 3 bocatas. / DAVID LAFERRIERE
¿Cómo empezó esta locura? "En mayo de 2008 trabajaba como diseñador
para un periódico local y quería arrancar las mañanas de una manera
creativa", cuenta LaFerriere por e-mail desde Attleboro, Massachusetts.
"Intenté dibujar directamente sobre el pan con colorante alimentario,
pero me llevaba mucho tiempo, y la superfície del pan es terrible para
dibujar. Tengo un rotulador en la cocina y un día intenté pintar con él
directamente en la bolsa. No he parado desde entonces".
David comenzó a fotografiar las bolsas y a colgar las fotos en Flickr
por un motivo muy simple: al final acababan en la basura, y necesitaba
un registro gráfico para no repetirse. Era un juego entre él y sus
hijos, y no esperaba que las imágenes fueran a interesar a nadie. Pero
poco a poco fueron difundiéndose viralmente por internet, hasta que en
2009 le dedicaron una entrada en el blog de Sharpie, la marca de rotuladores que usa. A partir de entonces, la bola ha ido creciendo: tras múltiples apariciones en webs, medios impresos y televisiones, sus fotos han pasado de tener 100.000 visitas en cuatro años a 600.000 en un mes.
Además de para conseguir trabajos como freelance, LaFerriere cree que
los dibujos probablemente hayan servido para que sus hijos coman más y
mejor. "Como padre, intento darles algo de la tierra en cada
comida, incluyendo el almuerzo. Ser constante con esto ha ayudado.
Comen más frutas y vegetales. Cada niño se lleva un bocadillo, zumo,
fruta y un snack, que suele ser yogur o una barra de granola".
A Evan le gustan "el jamón, el pavo o el atún con queso y
lechuga", y su dibujo favorito es "un Creeper,
del juego Minecraft". Kevin está enganchado al "sandwich de mantequilla
de cacahuete y jalea, desde el jardín de infancia", y "le gustan los
gusanos saliendo de los bocadillos". En el hipotético caso de que David
hubiera sido mi padre, a mí me habrían encantado los vegetales con monstruos peludos cocineros.

Monsterchef. / DAVID LAFERRIERE
Gusanito saliendo de bolsa compostable / DAVID LAFERRIERE
LaFerriere está trabajando en estos momentos en un libro que recoja
toda esta creativa demostración de amor hacia sus hijos. También habrá
pósters, cuenta. Lo que no parece tan claro es que se lleve a cabo la
derivación más obvia, que sería fabricar envoltorios decorados para
sandwiches con sus ilustraciones. "Imprimir en bolsas", asegura, "ha
resultado ser una pesadilla técnica".
No hay comentarios:
Publicar un comentario