Julio Viejo, director del colegio público San Bartolomé de Fresnedillas de la Oliva
(1.600 habitantes) no salía de su asombro ayer por la mañana cuando al
entrar en el centro se encontró con el huerto escolar arrasado. “El
viernes estaba en perfecto estado y hoy no quedaba nada, han aplanado la
tierra y han arrancado la valla que lo delimitaba, destrozando el
trabajo de padres y alumnos”, se lamenta. Asombro que se transformó en
estupefacción cuando el concejal Emilio Arias, del PP, le confirmó que
los autores habían sido operarios municipales siguiendo instrucciones
del Ayuntamiento. El huerto en el que alumnos profesores y padres habían
empezado a plantar lechugas, habas y patatas la semana pasada, solo
duró unos días.
El edil aclara que el centro escolar no tenía autorización para abrir
la plantación y que lo sabían. “Vamos a empezar las obras de ampliación
del colegio en verano y ya les advertí en el consejo escolar que no era
posible, porque entorpecería la labor que estamos llevando a cabo con
la Consejería de Educación. Pero ellos decidieron crearlo y las normas
son para todos”, sostiene. Arias informa de que se va a abrir un
expediente informativo al director del centro.
El concejal añade: “Lo que hemos hecho es allanar, todavía no había
brotado nada de nada”. Y recuerda que el pueblo tiene dos edificios de
educación. En uno se ubican Infantil y Primero de Primaria y en el otro,
el resto de los cursos. En este último también hay huerto y crece con
normalidad, dice el edil. Por eso, culpa de la situación a “cuatro o
cinco personas que están muy metidas en el colegio”. “¿A quién se le
ocurre empezar una plantación en mayo, cuando queda un mes escaso para
las vacaciones? Parece que lo que quieren es tener un huerto propio en
agosto”, reflexiona. Asegura que les propuso otras opciones: en vez de
huerto, unas mesas con bandejas, a lo que se negaron.
La desaparición del sembrado ha sido la gota que ha colmado el vaso,
según Javier Zarzuela, profesor de Primaria, porque ya había problemas.
“La situación es de acoso total por parte del Ayuntamiento, porque no
está de acuerdo con el proyecto educativo. Incluso nos han retirado las
llaves a los profesores para que no podamos acceder más que en horario
escolar”. El colegio, con 167 alumnos, el 51% inmigrantes, sobre todo de
origen magrebí, desarrolla desde hace 10 años un proyecto integrador.
“Somos muy eclécticos y aplicamos las fórmulas que funcionan, pero no
seguimos ningún método concreto. Podemos utilizar herramientas de la
pedagogía Waldorf o Montessori, pero sobre todo se basa en los programas
que elaboran los profesores”, aclara el director. Una de las
diferencias es que no utilizan los libros de texto de editorial
tradicionales. “Por supuesto empleamos libros, pero como un recurso
más”, explica Viejo.
De esta forma están consiguiendo resultados “bastante buenos”. Desde
que en 2005 el colegio apareció en un listado de la Consejería de
Educación como el peor puntuado de la Comunidad de Madrid, la situación
ha cambiado. En las últimas pruebas de Conocimiento y Destrezas
Indispensables (CDI) consiguieron una media total de 7,79; la de la
región se encuentra en el 6,8. “En un colegio con el ratio de
inmigrantes que tenemos aquí, y teniendo en cuenta que muchos de los
magrebíes provienen de zonas rurales muy retrasadas, es todo un éxito”,
aclara Zarzuela. Como muestra de la validez del proyecto, señala el
segundo Premio Nacional a las Buenas Prácticas para la convivencia que
recibieron en 2010 de manos del entonces ministro de Educación, Ángel
Gabilondo. O la llamada de la Comunidad de Madrid para presentar su
experiencia educativa en un simposio de Buenas Prácticas.
Victoria Durán, con un niño de cuatro años escolarizado en el San
Bartolomé y representante de las familias en el consejo escolar, espera
que el Ayuntamiento cambie de actitud. “Nosotros vamos a seguir adelante
con el huerto las veces que haga falta”, afirma. Además, asegura que
van a presentar un escrito al Defensor del Pueblo sobre lo que esta
ocurriendo. En su opinión, el problema es que el Consistorio desconoce
cómo funciona el proyecto educativo. “Ese es el motivo de su actitud,
porque no hacemos las cosas como ellos creen que deberían ser”.
Arias se defiende y asegura que han ayudado al centro siempre como
demuestra que en incluso hayan adquirido los libros que los profesores
querían. “El Ayuntamiento es el primer interesado en mantener el nivel
del colegio”, sostiene.
No hay comentarios:
Publicar un comentario