El Juzgado Penal 6 de Sevilla ha condenado hoy al torero José Ortega
Cano a dos años y medio de cárcel por el accidente mortal ocurrido la noche del 28 de mayo de 2011.
Ortega Cano evitó su presencia en el acto de notificación de la
sentencia, que va a recurrir, por lo que no será firme hasta entonces.
El torero ha sido considerado culpable por un delito de homicidio
imprudente y otro de conducción temeraria, aunque ha sido absuelto del
delito contra la seguridad vial, ya que no se ha tenido en cuenta el
análisis de sangre en el que se reflejaba un índice de alcoholemia que
triplicaba al permitido por ley.
La juez argumenta en la sentencia
que la cadena de custodia de las muestras de sangre del torero no fue
respetada, por lo que rechaza los resultados del test. Ortega Cano
también ha sido condenado a tres años y seis meses sin el carné de
conducir y tendrá que hacer frente a una indemnización de más de 170.000
euros.
Sobre este último aspecto, la sentencia detalla que la viuda recibirá
119.000 euros y los hijos 19.000. También se establece una prestación
de 5.000 para otros familiares, por lo que la cantidad total suma más de
170.000 euros.
El torero se encuentra "destrozado" y ha recibido la sentencia junto a
su pareja y su niño, según fuentes de la familia. Ha sido el defensor
del diestro, Enrique Trebolle, quien ha acudido a recoger la sentencia,
así como los abogados de la familia de Carlos Parra, el hombre de 38
años fallecido en el accidente. Estos han anunciado que recurrirán la
sentencia, al igual que el torero, aunque mostraron su satisfacción por
el hecho de que la condena implique el previsible ingreso en prisión del
condenado.
La Fiscalía de Sevilla había pedido cuatro años de cárcel para Ortega
Cano por presuntos delitos de homicidio imprudente en concurso con delitos
contra la seguridad vial y conducción temeraria, ya que arrojó una
alcoholemia de 1,26 gramos de alcohol por litro de sangre, el triple
de lo autorizado, y la Guardia Civil determinó que su todoterreno
circulaba a 125 kilómetros por hora en una carretera limitada a 90. Esta
prueba se realizó tras el suceso y en el hospital donde fue ingresado
el torero, por lo que la defensa la había cuestionado.
El abogado del torero pidió la absolución por entender que la
alcoholemia de 1,26 gramos por litro de sangre es una prueba nula, pues
se rompió la cadena de custodia en el hospital Virgen Macarena de
Sevilla, donde Ortega Cano quedó ingresado en estado grave. Este
argumento ha sido aceptado por la juez.
Ortega Cano argumentó ante la juez que sufrió un "vahído o un desvanecimiento",
consecuencia de su arritmia cardiaca, que le hizo perder el control de
su todoterreno en la carretera entre las localidades sevillanas de
Burguillos y Castilblanco de los Arroyos, donde el torero tiene su
finca.
La viuda del fallecido se encuentra trabajando fuera de España y
tampoco va a acudir a recoger la sentencia, ha informado su abogado.
Ortega Cano insistió en que respetó las señales de tráfico, condujo a
la velocidad reglamentariamente permitida y no bebió alcohol antes del
accidente mortal, subrayando que únicamente se tomó dos coca-colas y
"se mojó" los labios con una copa de cava que le ofrecieron en un
establecimiento hostelero.
En este sentido, llegó a jurar que no bebió "ninguna gota de alcohol
ni por la mañana ni por la noche" del día de los hechos, añadiendo que,
por prescripción médica y debido a los problemas de corazón que sufre,
los facultativos "le han prohibido totalmente tomar alcohol" y por ello
para él el alcohol "es un veneno”.
Cuestionado por el fiscal por la prueba de alcohol en la que dio
positivo, el exganadero respondió: "He venido aquí con toda la verdad y
confiando en la verdad, y lo que diga es la pura verdad". Añadió que,
por el hecho de ser una persona pública, se "ha tergiversado" la verdad y
se le ha hecho "una injusticia tremenda", punto en el que aseveró que
confía en "Dios y en la Justicia" y que siente una gran "pena" por la
persona fallecida.
Asimismo, y en su última palabra antes de que el juicio quedara visto
para sentencia, aseguró que este siniestro "ha sido el percance más
grave" de su vida y que, por ello, está pasando "un quinario" desde hace
ya dos años, mientras que también insistió en defender que el día del
accidente no bebió alcohol. "Por mi salud y por mi vida, no debo de
beber y no he bebido ese día. Que sea lo que Dios quiera y lo que la
Justicia dictamine", concluyó Ortega Cano después de seis días de
juicio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario