La devastadora explosión que tuvo lugar en la noche del miércoles cerca de Waco (Texas) ha dejado entre cinco y 15 víctimas mortales
y 160 heridos, según ha informado el portavoz de la Policía de Waco,
William Swanton, que ha explicado que todavía se está comprobando puerta
por puerta que no falte nadie. Según la CBS, entre los muertos habría
bomberos que acudieron a extinguir las llamas.
Swanton ha confirmado además que no hay "ninguna indicación que no haga pensar que ha sido un accidente tras el fuego".

De momento se desconocen las causas, aunque no hay indicios de que se
trate de un ataque terrorista y las primeras hipótesis apuntan a que se
produjo un incendio en uno de los edificios de la planta que entró en
contacto con amoniaco y produjo una gran explosión, "similar a una bomba nuclear",
según el alcalde de West, Tommy Muska. "Hay mucha gente que está
herida. Hay mucha gente que no va a estar aquí mañana", añadió.

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La explosión ocurrió a las 19.50 horas (0.50 hora peninsular
española) del miércoles en la planta industrial West Fertilizer Plant,
en la localidad de West, a unos 20 kilómetros al norte de Waco y unos
100 kilómetros al sur de Dallas. Al parecer fue tan fuerte que se oyó en
Waxahachie, a 75 kilómetros del lugar.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) registró un movimiento en la tierra de magnitud 2,1 la escala de Richter a causa del estallido, que fue percibido como varias explosiones sucesivas por los habitantes.
La fábrica situada en el este del estado de Texas quedó totalmente
destrozada por la explosión. Las imágenes de televisión mostraban una
enorme nube de humo sobre el lugar y edificios en llamas.
El portavoz del Departamento de la Seguridad de Texas manifestó que el daño registrado es comparable a la destrucción causada por la explosión de una bomba que en 1995 arrasó el Edificio Federal Murrah en Oklahoma City y que entonces causó 168 fallecidos.
Las autoridades buscan 'por todas partes'
"Los bomberos pueden luchar contra el fuego por el momento ...
Se encuentran en la zona, pero no pueden acercarse a causa de los gases
tóxicos que se escapan", añadió. La policía de Texas confirmó que hay
varios bomberos y personal de emergencias desaparecido tras la
explosión.
Un camión de bomberos calcina junto a la explosión. | Efe
"Puedo confirmar que puede haber bomberos que se encuentren en
paradero desconocido y potencialmente un agente de la ley también", dijo
el sargento de policía de Waco Patrick Swanton, quien también
puntualizó que los fuertes vientos están dificultando las labores de
rescate.
El sargento de Policía de Waco Patrick Swanton, que hizo de portavoz
de las diferentes agencias de emergencias que se encuentran en el lugar,
explicó en que las autoridades esperan que el número de fallecidos
aumente a medida que continúan las labores de rescate, pero no dio
cifras.
"Puedo confirmar que puede haber bomberos que se encuentren en
paradero desconocido y potencialmente un agente de la ley también", dijo
Swanton, quien también puntualizó que los fuertes vientos están
dificultando las labores de rescate.
Decenas de edificios resultaron afectados por la explosión, incluidos una residencia de ancianos y una escuela.
El alguacil del condado de McLennan, Parnell McNamara, relató que el
hogar de ancianos y gran parte del centro de la ciudad había sido
evacuado.
De acuerdo al alcalde de West, Tommy Muska, por los efectos de la
explosión quedaron destruidas unas 80 casas de la localidad. Según
Muska, edificios en un radio de cinco bloques resultaron gravemente
dañados. El diario local 'Waco Tribune-Herald' aseguró que los bomberos
estaban tratando de apagar un incendio en la planta cuando ocurrió la
explosión, y que algunos estaban entre los heridos.
"Vamos a buscar por todas partes. Vamos a hacer que todo el mundo
esté contabilizado. Eso es lo más importante en estos momentos", dijo el
alcalde de West, donde la mitad de sus 2.800 habitantes han sido evacuados
por temor a más explosiones y al efecto de los gases. Las autoridades
también advirtieron de que el aire podría verse contaminado tras la
explosión, por lo que el peligro para los habitantes todavía no ha
cesado.
Todo devastado
"Está todo devastado. Nunca he visto nada como esto. Parece una zona de guerra con todos los escombros..." ha afirmado el sheriff del condado de McLennan Parnell McNamara.
Un testigo de la explosión, Bill Bohannan, que en ese momento estaba
de visita en casa de sus padres, cerca de la planta, dijo al diario que la explosión fue "devastadora".
"Dije, esto va a explotar... Y les pedí a mis padres que entraran en el
coche. Estaba de pie junto a mi coche con mi novia, a la espera de que
mis padres saliesen y (la planta) explotó. Nos golpeó contra el
vehículo", dijo.
"Inicialmente fue un pequeño fuego y el agua entró en contacto con el amoniaco," entonces hubo una gran explosión, relató un recepcionista de un hotel cercano.
Equipos emergencia, ambulancias, cuerpos de seguridad, y otros
vehículos de emergencia se han desplazado hasta el lugar y están
evacuando a los heridos a un campo de fútbol cercano que está actuando de hospital de campaña.
El gobernador de Texas, Rick Perry, sostuvo en un comunicado que se
está vigilando la evolución y recopilando información de todo lo que
vaya surgiendo del accidente. "También hemos movilizado recursos del Estado para ayudar a las autoridades locales. Nuestros pensamientos y oraciones están con el pueblo de West", afirmó.
El 19 de abril de 1993, después de un sitio de más de 50 días, el rancho de la secta de los davidianos,
en las afueras de Waco, fue destruido por un incendio provocado en el
que murieron alrededor de 80 personas, incluidos 20 niños, víctimas de
un suicidio colectivo.
Sin embargo, el congresista por Texas Bill Flores, en declaraciones a la CNN, descartó que la explosión de la pasada noche se haya tratado de un sabotaje.
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