La mayoría de los estadounidenses considera que se debe permitir a los inmigrantes indocumentados que permanezcan en el país, según un estudio del Centro Pew de Investigación
revelado este jueves. La encuesta revela así el apoyo de los ciudadanos
a uno de los principales aspectos de la reforma del sistema de
inmigración, que podría ser presentada en el Congreso en las próximas
semanas.
Siete de cada diez ciudadanos -un 71%- afirma que se debe crear una
vía para que los indocumentados puedan permanecer en EE UU si cumplen
con ciertos requisitos. Otro 27% estima que no deberían quedarse en el
país. Tanto el presidente, Barack Obama, como los ocho legisladores que
trabajan en el texto de la reforma han asegurado que la regularización
de los indocumentados será imprescindible para sacar la ley adelante.
Obama afirmó el pasado mes de enero que vetaría cualquier texto que no
incluya esta opción.
El presidente también ha defendido la posibilidad de
permitir a los indocumentados que se conviertan en ciudadanos tras
cumplir con los requisitos y plazos establecidos por la ley. Sin
embargo, este es un asunto que provoca más división entre los
ciudadanos. Según Pew, el 43% de los estadounidenses asegura que los
indocumentados deben tener acceso a la ciudadanía, frente a un 24% que
lo rechaza, y sólo aceptaría que fueran residentes legales.
Ésta última opción ha sido propuesta por varios políticos
republicanos y encuentra mayor aceptación entre los conservadores. Los
demócratas, así como las organizaciones a favor de la reforma, la han
rechazado al considerar que limitar la inclusión de los indocumentados
hasta ser residentes legales, crearía una clase de ciudadanos sin plenos
derechos, ya que podrían residir y trabajar en EE UU, pero carecerían
de derecho a voto y de otros beneficios a los que sí acceden los
extranjeros que consiguen la ciudadanía estadounidense.
La reforma del sistema migratorio ha protagonizado un intenso debate
en EE UU desde las elecciones del pasado mes de noviembre, cuando Obama
resultó reelegido gracias al voto de siete de cada diez hispanos. El
presidente demócrata había prometido una nueva ley de inmigración
durante su primera campaña electoral, y en sus segundas elecciones
presidenciales la comunidad hispana -que batió un récord de
participación- pidió con su voto que se acometa finalmente la reforma.
El Partido Republicano, muy perjudicado por las leyes aprobadas en
diferentes Estados.
Se estima que en EE UU viven 11 millones de personas
indocumentadas que han entrado ilegalmente en el país o que
permanecieron dentro del territorio estadounidense a pesar de que
hubieran caducado los visados con los que cruzaron la frontera. Esos 11
millones de personas, como ha defendido el presidente en numerosas
ocasiones, tienen un impacto importante en la sociedad, una opinión que
parecen compartir los estadounidenses.
Según el estudio de Pew, el 49% de los ciudadanos considera
que los inmigrantes refuerzan la sociedad a través de su trabajo y su
talento, mientras que un 41% asegura que son una carga porque consiguen
puestos de empleo y acceden al sistema sanitario y de vivienda,
consumiendo recursos públicos. Los estadounidenses también se muestran
divididos ante los valores morales de los inmigrantes: mientras que un
52% afirma que comparten ideales americanos, el 43% estima que son una
amenaza para los valores y costumbres de EE UU.
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