Un total de 266 neonazis peligrosos andan sueltos en Alemania. El
dato procede de una pregunta planteada por la oposición en una sesión de
control parlamentario, en la que se interesaban por la marcha de la
investigación en curso tras el descubrimiento de la célula terrorista neonazi NSU,
el año pasado, que asesinó impunemente al menos a 10 inmigrantes y una
policía. Y la respuesta ha impactado en portadas de la prensa alemana,
como la de 'Die Welt', que destaca que "buena parte de ellos están dispuestos a usar la violencia para conseguir sus objetivos".
Este dato da una idea de la magnitud de la extrema derecha violenta en Alemania. Los 266 expedientes corresponden a neonazis fichados y buscados por la policía.
En algunos casos han sido identificados, pero la policía los busca por
ahora sin éxito. De otros sólo conoce un alias o tiene constancia de
contacto con el aparato logístico que sostenía la célula terrorista,
pero no les ha podido todavía poner nombre. Contra todos ellos hay una
orden de detención de la Fiscalía para su interrogatorio. La policía se
centra actualmente en 182 búsquedas. A 44 de ellos se les considera directamente relacionados con delitos violentos de extrema derecha.
El problema más grave para la policía es que parte de estos sospechosos podrían ser topos infiltrados por las diferentes fuerzas de seguridad
en programas secretos para controlar desde dentro la extrema derecha
alemana violenta. Algunas informaciones periodísticas apuntan que el
dinero que el Estado alemán se gasta al año en estos infiltrados supone hasta 20 millones de euros,
cantidad que se dividiría en 2,4 millones de euros en bonificaciones y
sueldos, 1,8 millones de euros para gastos de oficina, 5,4 millones de
euros para tecnología de espionaje y 4,3 millones de euros para cubrir
gastos de viaje.
"Son datos delicados que están siendo analizados por el Ministerio
del Interior, el Bundestag y el Tribunal Federal de Cuentas", se ha
limitado a decir un portavoz.
Los infiltrados reciben el dinero en efectivo en la mano presentando una factura y no necesitan rendir cuentas a nadie sobre sus ingresos,
por ejemplo si solicitan la ayuda social alemana, según informó el
propio Gobierno alemán respondiendo al partido La Izquierda. "Los
infiltrados están obligados a guardar silencio", ha informado recientemente un comunicado del Gobierno.
El diario 'Bild' ha informado concretamente sobre el pago de 180.000
euros a un "topo" próximo a la célula neonazi NSU como la mayor suma
pagada nunca hasta el momento a un informante de los servicios secretos.
El neonazi informó durante 18 años del mundillo neonazi. Pero en todo
caso, el número de 266 neonazis fuera del control policial
es muy superior al del año pasado, cuando el ministro de Interior
reconoció la existencia de 110 expedientes, y la presencia de topos no
explica que en sólo un año la cantidad se haya doblado cómodamente.
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