Siete jóvenes condenados a muerte
fueron finalmente ejecutados en Arabia Saudí esta mañana, a pesar de
los llamamientos de organizaciones de defensa de derechos humanos.
Los reos fueron ejecutados en una plaza pública de la ciudad de Abha, en el sur del país, tras un retraso de pocos días en la materialización de la sentencia.
Fueron condenados a muerte por un caso de robo a mano armada en
joyerías en 2005, cuando ninguno superaba los 20 años y dos de ellos
eran menores de edad.
La ONG Amnistía Internacional denunció la semana pasada serias irregularidades en el tratamiento y juicio de los condenados,
que fueron juzgados en 2009, tres años después de cometer el delito.
"Durante su interrogatorio recibieron fuertes palizas, les negaron la
comida y el agua, les impidieron dormir, les tuvieron catorce horas
seguidas de pie y les obligaron a firmar confesiones", criticó la ONG.
En febrero, el rey Abdulá ratificó las sentencias.
"Estuvieron tres años y medio recluidos en prisión antes de ser
juzgados. Cuando llegó el juicio, en 2009, éste apenas duró unas horas y
no tuvieron asistencia letrada ni derecho de apelación", ha afirmado
Amnistía en un comunicado.
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