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domingo, 10 de febrero de 2013

Mutilación genital, una amenaza para la salud femenina

La Habana (PL) Al menos 120 millones de niñas y mujeres han sufrido mutilación genital, una práctica que según datos del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), disminuyó en los últimos años. Sin embargo, estimaciones de la agencia internacional indican que aún cuando el progreso es importante, 30 millones de menores de 15 años todavía pueden estar en peligro, la gran mayoría en África, pero también en países del Medio Oriente, y Europa no está exenta de riesgo.

Los avances alcanzados demuestran que es posible poner fin a la mutilación genital femenina, declaró Anthony Lake, director ejecutivo de Unicef, quien considera necesario acabar con el proceder, para ayudar a millones de féminas a llevar una vida más saludable.

En 2008 el Fondo de Naciones Unidas para la Población (Unfpa) y Unicef iniciaron un programa con el objetivo de evitar la práctica en actuales y futuras generaciones, lo que permitió que países con altísimas tasas de prevalencia se unieran.

Entre los objetivos del programa están crear leyes que prohíban la mutilación, desarrollar campañas mediáticas para informar sobre los perjuicios de esta práctica, formar a los trabajadores de salud y equipar a los centros con los materiales adecuados para el tratamiento y prevención.

Gracias a ello, se han conseguido importantes avances, como que en 11 países la legislación prohíbe ya la mutilación genital, y que en otros, donde se registran los mayores porcentajes, están cambiando la actitud con respecto a la práctica.

En Egipto, por ejemplo, donde el 90 por ciento de las niñas y mujeres han sido mutiladas, se ha duplicado el número de ellas -entre 15 y 49 años- que piensan debe erradicarse.Âá

La capacitación de las mujeres y las niñas es clave para romper el ciclo de discriminación y violencia, así como para la promoción y protección de los derechos humanos, incluida la salud sexual y reproductiva y los derechos reproductivos, aseveró Babatunde Osotimehin, director ejecutivo de Unfpa.

Trabajando con los gobiernos y la sociedad civil, Unfpa y Unicef han podido lanzar con éxito un enfoque basado en los derechos humanos, respetuoso con las culturas, para poner fin al problema, agregó el experto con motivo de haberse celebrado el 6 de febrero el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina.

La ablación genital incluye una variedad de procedimientos. En el 80 por ciento de los casos consiste en la escisión del clítoris y los labios menores y en su forma extrema, la infibulación, implica la extirpación de casi todos los genitales externos.

Dado su carácter privado, es imposible calcular cuántas son las víctimas mortales, pero se sabe que muchas jóvenes mueren desangradas o a causa de una infección en las semanas posteriores al hecho, señalan especialistas.

Las que sobreviven -resaltan- sufren en adelante dolorosas menstruaciones, enfermedades inflamatorias pélvicas, formación de abscesos y quistes, infecciones urinarias, aumento de la susceptibilidad al contagio del VIH/sida, hepatitis y otras enfermedades de la sangre, y una pérdida casi total de sensibilidad. Algunas mujeres pueden quedar infértiles.

Algunos defienden la ablación genital como una práctica tradicional que contribuye a resaltar la belleza, la honra, el estatus social y castidad de la mujer, mientras otros aseguran que es una agresión a la integridad física y psicológica del sexo femenino.

La Asamblea General de Naciones aprobó en diciembre pasado resolución donde insta a aumentar los esfuerzos para eliminar esa práctica, que asegura, constituye un abuso irreparable e irreversible de los derechos humanos de las mujeres y las niñas y una amenaza para su salud.

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