La indignación ciudadana tras los nuevos recortes del Gobierno ha dado paso a una protesta espontánea y numerosa en las puertas del Congreso de los Diputados al grito de "Manos arriba, esto es un atraco" o "El próximo parado, que sea un diputado".
La concentración ha provocado que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, hayan tenido que abandonar el Congreso en coche por la puerta de atrás, que da a la calle Zorrilla, escoltados por motoristas, para evitar cruzarse con la concentración que se agolpaba en la puerta principal.
La Policía Nacional ha tomado posiciones para evitar que se produzcan incidentes y mantener un perímetro frente a las puertas que dan a la Carrera de San Jerónimo.
El presidente de la Cámara Baja, Jesús Posada, ha expresado su indignación por haberse permitido a estas personas concentrarse a las puertas del edifico y dificultar la salida de los miembros del Gobierno y los diputados.
Antes del final del pleno extraordinario, más de un centenar de personas se ha ido agolpando en la Carrera de San Jerónimo para criticar la ola de recortes anunciada hoy por Rajoy que incluye, entre otras medidas, la subida del IVA, una bajada de la prestación por desempleo y la supresión de la paga extra de Navidad a los funcionarios.
En una pancarta se podía leer "Esto no es una crisis, es una estafa" y también se han escuchado proclamas como el eslogan que popularizó el 15-M: "No nos representan".
Los manifestantes son personas de distinta proveniencia. Algunos de ellos portan camisetas de apoyo a los mineros de la Marcha Negra, recién llegada a Madrid. Otros son jubilados y amas de casa que pasan por delante del Congreso y se unen a la protesta por simpatía. Como gritos de protesta, cantan "Fuera, fuera" y "No hay pan para tanto chorizo", informa Servimedia.
No ha sido el único punto 'caliente' en Madrid. En la sede nacional del PP en la madrileña calle Génova, unos 30 funcionarios de la Audiencia Nacional han expresado sus protestas. Incluso han cortado el tráfico durante unos minutos al grito de "Queremos turrón y polvorones".
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