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sábado, 7 de abril de 2012

Una moto en la mochila


Eléctrica o de combustible de bajo consumo, única plegable homologada en todo el mundo, marca italiana Di Blasi y cuyas generaciones anteriores se remontan a la II Guerra Mundial. Se pliega en una mochila de viaje y cabe en el 98% de los maleteros de los turismos del mercado español.

Son las características de la 'moto-taxi', el vehículo que desde esta segunda semana de abril, aprovechando la semana de Pascua, pone en marcha la franquicia Rapimoto de forma simultánea en Castellón y en Málaga y que seguirá en las ciudades de Valencia y Guadalajara si funciona, hasta distribuirse por todo el territorio nacional en los próximos meses.

Andrés García Bausa y Alejandro Moliner Alegre son los gerentes de Rapimoto de Castellón. Andrés 'importó' la idea de Londres, donde vivió durante dos años y observó el resultado de tal negocio que, según indica, ha dado buenos resultados en Europa y Estados Unidos, que conozca.

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"Cada día que pasa somos más conscientes del peligro que corremos al volante tras ingerir alcohol, más en estas fechas de operaciones salida y retorno de Semana Santa. Y las opciones eran el transporte público -donde lo haya- el taxi o el coche a riesgo y cuenta de multas o accidentes". "Nosotros ofrecemos una nueva opción: Nos llamas, nos acercamos al restaurante en el que estás en nuestra moto, la plegamos en el maletero de tu coche y te llevamos a ti y a tu vehículo a casa o donde quieras", comenta Andrés García. Cuando termina el recorrido, el 'chófer' extrae del maletero del vehículo su mochila con la moto y regresa a su local de partida.

Los servicios serán cuatro: en restaurantes (20 euros para cubrir una ruta de 10 kilómetros, más 90 céntimos por Km añadido); chófer por horas (pensado para grupos y varias paradas con espera); a los aeropuertos de Valencia (30 euros) y Barcelona (100 euros más peaje), donde dejan al cliente y le devuelven el coche a casa; y, por último, a pasar la ITV de los vehículos.

La implatación de Rapimoto será de forma progresiva, comenta el gerente, para salvaguardar la integridad de los conductores de la empresa que deberán disponer de los carnés exigidos. "Comenzaremos con los clientes de varios restaurantes del Grao de Castellón con los que tenemos convenios y más adelante crearemos una base de datos de clientes registrados que nos pueden solicitar en cualquier momento".

De momento no implantan el sistema americano, de recoger a adolescentes y juventud en las discotecas y pubs de la ciudad, "porque queremos comenzar con adultos, algo más responsables, demostrando que queremos seriedad en este negocio y con ciertas garantías para los conductores". "Tampoco tenemos muy claro que la juventud de hoy en día preste su coche a un desconocido, prefieren el riesgo de conducir pese al alcohol", especifica García.

Para ello, la empresa y el cliente rellenarán y firmarán una especie de parte amistoso, en el que se incluyan los datos de ambos, un croquis del vehículo y las condiciones del mismo, "para evitar suspicacias de rozaduras y ralladuras en los coches ajenos y que no se nos atribuyan golpes que no son nuestros", añade.

En todo caso, si ocurriese algún incidente en el momento del servicio, asegura García, "tenemos un seguro de responsabilidad civil con una póliza que nos cubre hasta 20.000 euros. Si el problema fuera, que ojalá nunca ocurra, mayor, el resto de la reparación lo asumiría nuestra empresa. Así, el cliente no tiene ningún riesgo", añade.

Las motocicletas Di Basi eléctricas suponen un coste de unos 3.000 euros y tienen una carga máxima de 60 kilómetros seguidos, mientras que las de combutible de bajo consumo valen alrededor de 2.300 euros y tienen capacidad para tres litros, "que nos basta y sobra para los recorridos en la ciudad y su área metropolitana", concluye.

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