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domingo, 22 de abril de 2012

Los primeros sondeos vaticinan una victoria ajustada de Hollande


"El mundo nos observa, no se preguntan tanto quién será el vencedor hoy sino qué política se seguirá a partir de ahora". El candidato socialista François Hollande aseguró a un grupo de periodistas tras votar esta mañana que su voluntad es la de dar "un nuevo aliento a Francia y otra orientación a Europa", según recoge el periódico Le Parisien.

"Elegir un presidente de la República no es una elección que afecta sólo a la nación sino a toda Europa, y por eso todo el mundo mira hoy a Francia", dijo el socialista.

Si hay o no giro en la política gala lo decidirán los 44,3 millones de electores franceses acuden a las urnas. A las 8.00 horas han abierto sus puertas los 85.000 colegios electorales repartidos por todo el Hexágono, que lo estarán hasta las 20.00 horas. De los diez políticos que se postulan como próximos inquilinos del Elíseo, ocho de ellos dejarán de ser candidatos esta noche y sólo dos concurrirán el próximo 6 de mayo a la segunda –y decisiva– ronda.

Los primeros sondeos difundidos por el periódico belga 'Le Soir' colocan a Hollande por delante de Sarkozy. Según una encuesta a pie de urna de Opinion Way publicada por el citado diario, el socialista tendría entre el 27 y el 29% de los votos, Sarkozy entre el 25 y el 26%. Marine Le Pen se posicionaría en tercer lugar, por delante de Jean Luc Mélenchon, con entre el 16 y el 17% de los votos del electorado, siempre según Le Soir.

Las cifras iniciales correspondieron a colonias de ultramar. En Saint-Pierre y Miquelon Hollande gana con el 33,7% de apoyos frente al 18% de Sarkozy. En Guadalupe, la diferencia es aún mayor: Hollande 57% y 23% de Sarkozy.

Según los datos de participación del Ministerio del Interior, a las 17.00 horas había votado el 70,59% de los electores, una cifra ligeramente inferior a la registrada en 2007, cuando lo había hecho el 73%. Los datos son, eso sí, ligeramente superiores a los de 2002, cuando a la misma hora sólo el 58% de los franceses había depositado su papeleta en las urnas.

Más o menos madrugadores

Dando ejemplo a unos franceses con pocas ganas de votar (se espera que la abstención roce el 30%), a mediodía la mayoría de los candidatos a las Presidenciales en Francia ya habían cumplido con su deber democrático. El último en hacerlo ha sido Nicolas Sarkozy, que, acompañado por su esposa, Carla Bruni, ha depositado su papeleta en un colegio del distrito 6 de París.

¿Pero quiénes serán los finalistas que se disputarán la jefatura del estado dentro de dos semanas? Las últimas encuestas difundidas el viernes 20, antes de la reglamentaria jornada de reflexión, daban como favoritos para acceder al siguiente nivel al presidente saliente Nicolas Sarkozy (Unión por un Movimiento Popular) y al socialista François Hollande (PS).

Pero eso está por ver ya que, dos días antes de la primera cita con las urnas, los institutos de opinión detectaban todavía un 28% de electores indecisos. Así que cabe la posibilidad de que el radical Jean-Luc Mélenchon (Frente de Izquierda) o la ultranacionalista Marine Le Pen (Frente Nacional), ambos con 'scores' que rondan el 15-18 %, puedan dar la campanada echando a alguno de los dos líderes de los partidos mayoritarios.

Si estos fueran unos comicios normales, tal posibilidad resultaría remota y casi descabellada. Pero Francia es un país que se juega en esta quincena muchas cosas. Entre ellas –si no la más vital, sí la que más preocupa a los ciudadanos–, la supervivencia de un modelo de bienestar social que es la envidia de media Europa pero, a decir de medios tan serios como 'The Economist' o 'The New York Times' e instituciones internacionales tan creíbles como el FMI o la OCDE, resulta a estas alturas casi insostenible.

Así que los franceses no buscan en este plebiscito un presidente, sino casi un salvador, un hacedor de milagros que logre multiplicar los panes y los peces. Hablando en plata: mantener las prestaciones estatales que reciben los parados y jubilados así como las ayudas a las familias y los empleos de 5.200.000 funcionarios y las 35 horas de horario semanal máximo y muchas otras regalías, sin tener que subir los impuestos y reduciendo al mismo tiempo, en la medida que se pueda, un déficit del 5,5% del PIB y una deuda pública acumulada del 85,9%.

Promesas de difícil cumplimiento

¿Puede hacerse? Nadie sabe bien cómo. El caso es que todos los presidenciables han efectuado promesas que sus ministros de Economía difícilmente podrán cumplir. De ahí que semanarios políticos como el izquierdista 'Marianne' o el conservador 'L'Express' hayan dedicado sus portadas a “las mentiras de la campaña”, denunciando el dato falso o la imposibilidad tangible de poner en práctica tal o cual propuesta.

En estas circunstancias, cabe entender que se vaticine una abstención que ronde el 23-26% y que los electores extremistas vayan a obtener, previsiblemente, un tercio del apoyo popular. La inmigración como fuente de todo mal y el proteccionismo anti-europeista y la nostalgia del franco en detrimento del euro que propugna Marine Le Pen resultan tan llamativos –o atractivos– como esa insurrección ciudadana con nacionalización de las grandes corporaciones y tasación salvaje de los ricos que evoca Jean-Luc Mélenchon. Dos utopías irrealizables que hacen parecer unos sosainas a la pareja de previsibles finalistas.

Sosos, quizá sean, pero no inofensivos. Tanto si el 6 de mayo se impone Hollande (probabilidad alta) como si lo hace Sarkozy (probabilidad escasa), el presidente que salga de estos comicios tendrá que llamar a las puertas de la Unión Europea para plantear algunas de las promesas que ha realizado al pueblo de Francia y que afectan, según los casos, al tratado de Schengen, la regla de oro, el pacto de austeridad presupuestaria, el papel del BCE y la hipotética emisión de eurobonos.

O sea que toda Europa contempla hoy expectante los resultados de un sufragio en el que la segunda economía del continente pone en juego su propia identidad y el papel que ha de jugar, el próximo quinquenio, en el seno de la Unión Europea, la ONU e incluso la OTAN. Y la primera en estar preocupada es Angela Merkel, la canciller alemana que ha tenido todos estos años en el mandatario conservador galo su mayor aliado internacional.

En una UE donde 23 de los 27 países miembros están regidos por gobiernos de derechas, un viraje de Francia hacia la izquierda sería el presentimiento de un cambio gradual y generalizado. O acaso es que todos los ejecutivos que han sufrido la crisis reciben un castigo en las urnas por su falta de previsión o de firmeza con el sector financiero...

En todo eso estarán pensando hoy los franceses cuando acudan a votar y los candidatos, durante estas horas de tensa espera que les quedan hasta que, a partir de los 20.00 horas, se empiecen a divulgar resultados parciales. Sarkozy ha sido el último en ejercer su derecho al voto. Lo ha hecho sólo unos segundos antes que Eva Joly, candidata del partido ecologista. Más madrugador ha sido el centrista François Bayrou (Modem), que acudió a votar a las 8.30 a su colegio electoral en la localidad de Pau.

Jean-Luc Mélenchon, del Frente Izquierda, votó antes de las diez de la mañana en un colegio del distrito número 10 de París. "Es emocionante, es el momento supremo de la religión republicana: Todo el mundo va a votar, todo el mundo es serio, todo el mundo se pone la corbata...", señaló, emocionado, el político. Al mismo momento votaba también el favorito en los sondeos. Acompañado por su pareja, Valérie Trierweiler, François Hollande llegó poco después de las diez a su colegio electoral en la localidad de Tulle, en Corrèze.

El ritual de Hollande

Tras depositar su papeleta en las urnas el socialista se dio una vuelta por todas las oficinas electorales, de las más favorables a las más desfavorables, en este orden. Se trata de un ritual que el político sigue todas las jornadas electorales. "Más que la superstición, se trata de cumplir con una costumbre", según el socialista.

Tras la votación, está previsto que el candidato comparta una comida con los electos de la localidad y con su compañera en el restaurante El Central, de Tulle, donde acostumbra a acudir todos los domingos de elecciones. Tras el almuerzo seguirá la jornada desde su oficina de Tulle y después volverá París en avión privado para hacer las primeras valoraciones de los resultados.

Además de los favoritos, también han votado ya Philippe Poutou, del Nuevo Partido Anticapitalista; Nathalie Arthaud, de Lucha Obrera; Jacques Cheminade, de Solidaridad y Progreso; y Marine Le Pen, del Frente Nacional. Esta última llegó a las once en punto al colegio electoral en Hénin (Beaumont), acompañada de su director de comunicación y sus guardaespaldas. La política se introdujo en la cabina de voto con su propia papeleta y las de Cheminade, Poutou y Bayrou. Además, también ejerció su derecho al voto en París el ex presidente del FMI y aspirante a candidato, Dominique Strauss-Khan.

Prohibidos los sondeos

Durante toda la jornada, la Comisión de Sondeos ha prohibido rigurosamente que se difundan datos de las votaciones, que en los departamentos de ultramar ya tuvieron lugar el sábado. El conjunto de los institutos de opinión se ha comprometido a no filtrar nada, ni siquiera a la prensa extranjera, antes del cierre de la última oficina electoral. Y los medios nacionales están advertidos de que cualquiera que infrinja esa norma –incluso en web– será sancionado con hasta 75.000 euros de multa. Aún así, se espera que, como en otras ocasiones, las televisiones belgas y suizas empiecen a propagar, a partir de las 18.30 horas, algunas estimaciones del sufragio y el diario Libération ha sugerido que, si veía informaciones publicadas en otros medios, se consideraría libre de hacerse eco de ellas.

Para consuelo de nuestros lectores más impacientes, diremos que el sistema de contabilidad de votos en Francia es muy ágil ya que, en la mayoría de las comunas de más de 3.500 habitantes se emplean unas máquinas electrónicas homologadas –el '2.07' de NEDAP-France élection, el 'iVotronic' de ES&S Datamatique o el 'Point & Vote' de Indra Sistemas SA, indistintamente– que permiten digitalizar y transmitir los resultados con una rapidez inusitada. Por lo cual, entre las 20.00 y las 22.00 horas de hoy, se sabrá con toda seguridad el nombre de los dos candidatos que, en las quince próximos días, habrán de batirse duramente por ascender al trono elíseo.

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