Los ánimos entre Argentina y el Reino Unido siguen caldeados a menos
de dos meses del trigésimo aniversario del inicio de la Guerra de las
Malvinas, tras las denuncias argentinas presentada sen la ONU sobre la presencia de armas nucleares británicas en América Latina.
El canciller argentino, Héctor Timerman, acusó al Reino Unido ante el
secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, de militarizar e introducir
armamento nuclear en el Atlántico Sur, una acusación a la que el
embajador británico ante el organismo internacional, Mark Lyall Grant,
respondió con la palabra "basura".
Timerman subrayó también que su país quiere una solución pacífica
al conflicto y que el Reino Unido responda a los llamamientos de
Naciones Unidas para que ambas partes se sienten a negociar sobre la
soberanía de las Malvinas, las Georgias del Sur y las Sandwich del Sur,
en poder del Reino Unido desde 1833.
Ban Ki-Moon se manifestó dispuesto a mediar con ambas partes para que
se inicien esas negociaciones reclamadas desde hace años por la ONU.
Horas antes en Londres, un portavoz del Ministerio británico de Asuntos Exteriores dijo a Efe que "los ciudadanos de las islas Malvinas son británicos sin discusión y libres para determinar su futuro" y que "no habrá negociaciones con Argentina sobre soberanía, a menos que así lo deseen los isleños".
El mismo portavoz negó que el Reino Unido este "militarizando" el
Atlántico Sur y aseguró que no ha habido cambios en su política
defensiva hacia las islas.
Ante Ban Ki-Moon, el presidente de turno del Consejo
de Seguridad, el togolés Kodjo Menan, y el presidente de la Asamblea
General, el catarí Abdulaziz Al Naser, Timerman dijo que el Reino Unido
ha violado el Tratado de Tlatelolco (1967) que prohíbe el armamento
nuclear en América Latina y destacó que un submarino nuclear británico,
el Vanguard, ha sido enviado a la región.
También señaló que "desde las Malvinas", los británicos tienen "la
capacidad de atacar a buena parte de Argentina, todo Uruguay, una parte
de Chile y el sur de Brasil" con misiles Taurus, y que su poder militar
en el Atlántico Sur se ha cuadruplicado.
Respaldo de América
En su comparecencia ante la prensa para explicar lo expuesto a los
altos cargos de la ONU, Timerman contó con el respaldo de los
embajadores de varios países de América Latina.
El Gobierno argentino ha logrado aglutinar a los países latinoamericanos en su reclamación de un diálogo
con el Reino Unido sobre el tema de la soberanía de los archipiélagos
del Atlántico Sur que están bajo dominio británico desde 1833.
También el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, expresó
hoy su "total respaldo" al diálogo "pacífico" que promueve Argentina en
el conflicto por las Malvinas y alertó del peligro del envío de naves
de guerra del Reino Unido a las islas.
La presidenta argentina, Cristina Fernández, "ha
recurrido al único instrumento válido para quienes creen en la paz y en
la democracia: el dialogo pacífico; y en esa perspectiva, ella cuenta
con el respaldo de toda nuestra región", dijo Insulza en un comunicado
de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Insulza consideró un "contrasentido" el dar un "tono belicista" al
conflicto, en alusión al envío de un destructor de la Armada británica a
las Malvinas, el Ms Dauntless, el cual según dijo hoy el embajador del
Reino Unido ante la ONU, obedece a una rutina.
El presidente de Perú, Ollanta Humala, no solo
respalda las reclamaciones argentinos de negociación sino su
"solidaridad y apoyo" a los "legítimos derechos de soberanía" de
Argentina sobre las islas Malvinas, según dice en una carta enviada a la
presidenta Cristina Fernández, de la que se informó hoy en una nota
oficial en Buenos Aires.
El mandatario peruano dijo además compartir con Fernández la
"preocupación por el incremento de la presencia militar en las islas".
El Gobierno argentino no solo ha recabado buenas palabras, sino hechos
concretos en su campaña para presionar al Reino Unido a negociar.
En diciembre pasado, como había hecho anteriormente la Unasur, el
Mercosur, integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, decidió
vetar la entrada a sus puertos de barcos con bandera de las Falklands
(Malvinas en inglés).
Este viernes, el embajador británico en la ONU afirmó que el Gobierno
de Argentina ha iniciado "una guerra de declaraciones" al cumplirse
pronto 30 años de lo que calificó como la "invasión ilegal" de las
Malvinas.
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