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domingo, 26 de febrero de 2012

FC Girona : Motivos para seguir creyendo


MARC BRUGUÉS / GIRONA
Por mucho que la situación del Girona siga igual de complicada y que las plazas de permanencia sigan a 6 puntos, cuando se gana todo se ve muy diferente. Un resquicio de esperanza apareció ayer por Montilivi con la victoria ante el Numancia. Un triunfo bautizado por todo el mundo antes y después del partido como "el punto de inflexión y el comienzo de otra liga". El Girona ha iniciado su particular liguilla de 17 partidos de la mejor manera posible, con tres puntos que le han de permitir creer en una salvación que es difícil pero es posible. Y si no, que se lo pregunten a los poco más de 4.000 aficionados que acabaron haciendo la ola en una tarde de alegría en el estadio que hacía meses que no se vivía. Después de tantos disgustos, se merecían una alegría.

Cierto es que el Girona no ofreció un juego brillante y también que si el Numancia hubiera pulsado un poco más el acelerador quién sabe cómo habría acabado todo. A quién le importa? El juego virtuoso que buscaba Agné no tiene lugar en esta categoría donde lo importante es la intensidad y, sobre todo, ganar como sea. Y eso es lo que hizo el Girona gracias a un gol en el límite de la media parte de Juanlu Hens y otro al comenzar la reanudación de Jandro. Ambos servidos con excelencia por un gran Acuña. El camino está trazado y ahora tocará no desviarse de este sábado en Las Palmas donde el Girona intentará siguiendo dando motivos a su gente para creer en la remontada.

Por eguir vivos, para seguir teniendo motivos para creer, el Girona tenía que ganar. No había más vuelta de hoja. El empate no valía y condenaba el equipo de la misma manera que una derrota. Cuatro derrotas consecutivas y sólo un punto en 5 partidos habían dibujado un? Pano? Rama desolador para los gerundenses. La receta para recuperar cualquier mínimo optimismo era clarísima: marcar. Y es que sin gol no hay puntos y el Girona, con Uribe en el banquillo, sólo había sido capaz de hacer uno. Buena parte de los males del equipo han llegado a causa de esta sequía goleadora y por eso ayer Uribe, consciente de la trascendencia del encuentro, apostó por un equipo un poco más ofensivo. El asturiano situó sólo dos pivotes ofensivos, uno de ellos que Garmendia, para tratar de generar algo en ataque y dio entrada a Juanlu Hens y Acuña.

No tardaron en llegar las ocasiones y antes del primer cuarto de hora, Acuña y sobre todo Coro, tuvieron en sus botas el primer gol de la tarde. Entre ambos ya habían hecho casi más que todo el equipo en los últimos cuatro partidos ofensivamente y en sólo diez minutos. Con Uribe, el Girona había mejorado defensivamente y para tener éxito ayer, había que mantener la solidez de los últimos partidos. El Numancia, tranquilo y sin presión, no renunciaba a nada y avisó con un disparo peligrosísimo de Lago Junior. No sería tan sencillo. Y menos si el Girona perdía las ideas y los argments ofensivos. Sí lo fue. Sin haber hecho nada más en ataque en toda la primera parte, una jugada individual de Acuña acabó con un centro al punto de penalti que Juanlu Hens sólo tuvo que empujar. Por fin el Girona volvía a ver portería y lo hacía cuando más falta hacía. Con el empuje del gol, los de Uribe volvieron a hacer una salida en tromba en la reanudación en busca de una segunda diana que haría que el partido hiciera bajada. Jandro y Acuña estaban haciendo mucho daño a la defensa soriana y ellos solitos se inventaron el 2-0. El paraguayo dio el gol en bandeja de plata al asturiano, que no perdonó.

Montilivi se frotaba los ojos. No lo creía. Una ventaja de 2-0 era una situación inédita en toda la temporada. El partido dibujaba un escenario donde el Girona no se había encontrado nunca: dos goles a favor. Uribe era un manojo de nervios. Enseguida se le acabaron al ver que el Numancia ni siquiera inquietaba la llevaría de Mallo. El Girona supo dormir el partido y hacer que los tres puntos se quedaran en casa después de mucho tiempo. Se ha ganado una batalla, la guerra, sin embargo, será muy larga. De momento ayer el único que se consiguió fue tapar la vía de agua y evitar que el drama fuera mayor. A partir de ahora, sin embargo, tocará empezar a recortar con los de arriba.

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