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sábado, 28 de enero de 2012

Spanair deja de volar

Spanair deja de volar. La compañía ha confirmado las peores sospechas, que han ido formando un remolino creciente durante toda la tarde, y ha anunciado la suspensión de sus operaciones. Lo ha hecho en un comunicado en el que justifica la decisión "ante la falta de visibilidad financiera para los próximos meses". El fin de los vuelos de la aerolínea vendrá acompañado, en unos días, de la presentación de un concurso de acreedores.

Esta decisión pone sobre un hilo el trabajo de sus 2.000 empleados. Además, la noticia ha caído sobre mojado para los 1.200 trabajadores de tierra de Newco, que ya está en concurso de acreedores. Según fuentes sindicales, hasta el 80% de estos empleados depende directamente de los vuelos de Spanair. De hecho, un grupo de trabajadores se ha encerrado en Barajas (Madrid) para que las compañía les aclare qué va a ser de sus puestos de trabajo.

Un portavoz de la aerolínea asegura la decisión de cese afectará a unos 23.000 pasajeros este fin de semana, informa Europa Press. De ellos, unos 300 tenían billete para volar la noche de este viernes. En total, afectará a un total de 380 vuelos que estaban programados para el sábado (158) y el domingo (222),

El 'no' de Qatar acaba con la aerolínea

La frágil situación económica de la aerolínea no ha podido hacer frente a la negativa de Qatar Airways, que finalmente ha decidido no adquirir el 49% de las acciones Spanair, lo que habría supuesto una inyección de capital de 150 millones de euros, vital para seguir respirando en plena crisis. El Gobierno catalán, por su parte, también ha comunicado a la aerolínea que dejará de aportar recursos públicos para ayudarla a mantenerse a flote.

El último vuelo comercial aterrizó a las 22.00 horas de este viernes. La compañía había cancelado ya, antes de anunciar oficialmente su decisión, el Barcelona-Valencia que debía despegar a las 23.30 horas del aeropuerto de El Prat y cuyos pasajeros están a la espera de ser realojados en otros aviones. Desde las 18.30 horas, aproximadamente, la aerolínea dejó de vender billetes a través de su página web.

Spanair asegura que a lo largo del día se ha coordinado con Aena y el Ministerio de Fomento para poner en marcha el plan de contigencia pero, a pocas horas de conocerse la noticia de forma oficial, el departamento que dirige Ana Pastor exigía a la aerolínea que comunicara de forma inmediata sus planes concretos de actuación.

De hecho, el Ministerio de Fomento ha constituido en Barcelona un comité de coordinación y seguimiento permanente para garantizar los derechos de los viajeros afectados, que está integrado por representantes del Ministerio (Dirección General de Aviación Civil y Aena), de la Generalitat de Cataluña, de la Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y de las compañías aéreas que colaboran en el reajuste de los pasajeros, "para hacer frente a las distintas situaciones que puedan producirse", según ha informado en un comunicado.

El fracaso de una inversión pública

La caída de Spanair afecta, además de a sus trabajadores y pasajeros, a los cimientos de las administraciones catalanas, que apostaron por la aerolínea con la intención de crear un 'hub' en el aeropuerto de El Prat que lo equiparara a Barajas.

En total, Ayuntamiento de Barcelona y Generalitat de Catalunya han invertido, a través de asociaciones y créditos, unos 140 millones de euros en Spanair. Pero, cuando azotó la crisis, fue necesario encontrar capital privado exterior. El conseller de Economia, Andreu Mas-Colell, llegó a viajar a Doha a principios de febrero para intentar sellar el acuerdo con los responsables de Qatar Airways pero la oferta del Gobierno catalán no convenció a los qatarís.

En concreto, Qatar Airways pidió no tener que asumir posibles sanciones y afianzar, por si la situación no remontaba, un posible pacto de recompra. Las negociaciones no llegaron a buen puerto y, justo después de hacerse público que los qataríes no estaban interesados en comprar la aerolínea catalana, la Generalitat, presidida por Artur Mas (CiU), decidió abandonar el barco: "El Gobierno catalán ha de ser extraordinariamente ciudadoso con sus prioridades de gasto".

El fin de Spanair llega sólo unos días después de que el presidente de Iberia, Antonio Vázquez, asegurara en tono casi premonitorio, que el modelo de negocio de Spanair "no tiene ningún futuro, y eso lo sabe todo el mundo" después de criticar las ayudas públicas recibidas por la compañía que dirige Soriano. Éste no tardó en responder: "Spanair no recibe ni subvenciones ni ayudas públicas. Ha recibido inversiones de entidades y administraciones públicas de la misma manera que las percibió Iberia".

Soriano justifica la decisión por 'prudencia y seguridad'

El presidente de la compañía aérea, Ferran Soriano, ha justificado la decisión de suspender sus operaciones por "prudencia y seguridad". Soriano ha comparecido ante los medios de comunicación durante una pausa del consejo de administración de Spanair, reunido en un hotel de Barcelona: "La compañía no tiene visibilidad financiera para operar", por lo que "lo más prudente y seguro era cesar las operaciones de vuelo esta noche".

En 2011, Spanair transportó a 4,2 millones de pasajeros desde El Prat, un 7,5% más que en 2010, un aumento que no se tradujo en la mejora financiera necesaria. El mantenimiento de la compañía, ha dicho Soriano, "era un proyecto estratégico para Barcelona" y el fin de su actividad "es una mala noticia para la ciudad, de una manera u otra se deberá conseguir que Barcelona tenga un 'hub' continental que no tiene".

A eso de las once de la noche, dos horas después de oficializar el final de los vuelos, la aerolínea se despedía en Twitter: "Nos despedimos no sin antes ofrecer nuestras más sinceras disculpas a los afectados y agradecer la confianza depositada. A todos, gracias".

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