Silvio Berlusconi durante una comparecencia pública.
"Si tengo que morir, lo haré en el Parlamento", aseguraba después a sus íntimos, según publica el 'Corriere della sera'. Porque retirarse antes de la votación crucial de los presupuestos de hoy, significaría en su cabeza "dar la victoria a Casini (UDC) y Fini (su antiguo socio de Gobierno) y traicionar al país y a mí mismo, y eso no lo haré nunca", le oyeron decir sus fieles a lo largo del lunes.
Todo acorde con el talante desafiante del presidente del Consejo italiano que ha pasado las horas previas a la cita parlamentaria de este martes intentando sumar apoyos para que le salgan los números. Esta vez, sin embargo, ha sorprendido con una pequeña dosis de autocrítica ante sus incondicionales Gianni Letta y Alfano, por primera vez admite que ha cometido errores.
Reconoce errores
Aun así, insiste en que aunque las cuentas no salgan, no va a irse. "Nazco de las urnas, a la luz del sol y, si debo morir, lo hago en el Parlamento", ha dicho el 'premier'. No dimitiré porque la Carlucci se vaya con la UDC o porque Bertolini tenga dudas. Habré cometido errores, pero no renuncio a mis y a lo que represento, porque una oposición irresponsable dice que le importa el país y que está preparada para no votar las reformas económicas", publica el mismo rotativo.
A pesar de que las presiones sobre Berlusconi para forzar su marcha son cada vez más fuertes, como quedó patente ayer, cuando toda la prensa italiana dio por hecho que su dimisión era cuestión de horas, él se esfuerza en desmentir tal posibilidad y lo atribuye todo "a la desinformación que también los míos están haciendo circular".
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