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miércoles, 19 de octubre de 2011

Los países que apoyan la Primavera Árabe armaron durante años a las dictaduras

Los Gobiernos que ahora se solidarizan con la Primavera Árabe y censuran a los regímenes represivos son "exactamente los mismos" que durante años proporcionaron "las armas, la munición y el equipamiento militar y policial que fue utilizado para matar, herir y detener arbitrariamente a miles de manifestantes pacíficos".

Así lo denuncia Amnistía Internacional (AI) en un informe sobre cómo las potencias armaron a Bahrein, Egipto, Libia, Siria y Yemen, cinco de los países cuyas autoridades -algunas ya derrocadas- han respondido violentamente a las protestas que desde comienzos de año se propagan como una mecha encendida por el norte de África y Oriente Próximo.

Apenas ninguna gran potencia queda libre de pecado en la investigación. Desde Estados Unidos hasta Rusia, pasando por la mayoría de los países europeos y otros sospechosos menos habituales como Brasil o Corea del Sur, fueron numerosas las naciones que abastecieron a los regímenes represivos al menos desde 2005, es decir, antes de que estallaran las revueltas.

Y lo hicieron, según denuncia la ONG, "a pesar de tener pruebas del riesgo sustancial" de que esas armas acabaran siendo utilizadas para "cometer graves violaciones de los derechos humanos".

Prioridades

Queda claro, al repasar las 100 páginas del informe, que en las negociaciones influyeron más los argumentos geoestratégicos y comerciales que la preocupación por las poblaciones oprimidas. "Parece que, en el proceso de toma de decisiones, a menudo se ha dado prioridad a los intereses políticos y económicos sobre las consideraciones respecto a los derechos humanos", critica la organización con sede en Londres.

Fue de esa manera como terminaron en manos de las fuerzas de Hosni Mubarak, Muamar Gadafi o Bachar Asad las armas que se emplearon para enfrentarse a la Primavera Árabe por la vía de la violencia. No todas procedían de fábricas estadounidenses, rusas, británicas o francesas, pero sí "la mayoría".

El papel de España

También a España le toca su parte en el reparto de culpas. En los últimos cinco años, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha mantenido acuerdos con los tiranos que hasta hace sólo unos meses dominaban con mano férrea a egipcios y libios. Entre 2005 y 2010, según el informe de AI, nuestro país exportó armas, munición y vehículos blindados a la dictadura de Mubarak por valor de casi tres millones de euros.

Resultan aún más abultadas las cifras procedentes de las ventas negociadas con Gadafi. En ese mismo periodo, España hizo caja -más de 3,8 millones de euros- abasteciendo de bombas, misiles y cohetes al coronel.

Precisamente Amnistía Internacional encontró el pasado abril, en la ciudad libia de Misrata, submunición de racimo y proyectiles de mortero MAT-120 de procedencia española. Un armamento cuya prohibición acabó ratificando el propio Ejecutivo de Zapatero en diciembre de 2008, apenas un año después de haber firmado el contrato con la dictadura del país africano.

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