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sábado, 15 de octubre de 2011

Internet, el 'pediatra' al que acuden los padres


Casi el 12% de los padres estadounidenses reconoce que antes de llevar a su hijo a la consulta del médico navega por la red y, en función de lo que encuentra, decide si finalmente acude o no al galeno. Así lo confirma uno de los pocos estudios que se adentra en el uso que hacen los progenitores de internet para obtener información médica pediátrica.

El objetivo es identificar mejor los síntomas de sus pequeños, explican los autores del análisis, presentado en el congreso nacional de la Academia Americana de Pediatría, en Boston (EEUU). Para ello, los padres navegan por internet, a través de buscadores y distintas páginas web. La mayoría termina en wikipedia y en webMD y suelen consultarlas durante las 24 horas anteriores a la posible consulta. Como advierte Javier Rodríguez, director del centro de salud de Colmenar Viejo Sur de Madrid, hay que tener cuidado con la elección. No hay que olvidar que "wikipedia, por ejemplo, la puede rellenar cualquiera, no está basada en evidencia científica".

"Pocos padres (16%) accedieron a páginas reconocidas como los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, sus siglas en inglés). Sólo el 10% visitó la web de la Academia Americana de Pediatría (AAP)", revela el artículo.

Para realizar el estudio, los expertos se trasladaron a un departamento de urgencias donde entrevistaron a un total de 262 padres que estaban esperando a que el médico atendiera a sus hijos. El 88% de ellos tenía acceso a internet y más de la mitad reconocía haber consultado información sobre salud pediátrica en los últimos tres meses.

El 11,8% se adentró en la red para determinar si debía o no llevar a su hijo al médico. Dados los resultados, el 29% de ellos confirmó la necesidad de hacerlo y el 19%, a pesar de continuar con dudas, se acercó a la consulta.

En España los padres retan al médico

"Esto ocurre en EEUU porque allí la sanidad es de pago y quieren asegurarse antes de ir a la consulta que después deberán pagar", explica el doctor Rodríguez. En España, la situación es diferente. "Los padres van primero al médico y, una vez emitido el diagnóstico e indicado el tratamiento, buscan más datos a través de la red". Después, "vuelven y nos retan. Cuestionan algunas de nuestras decisiones por haber leído en alguna parte que, por ejemplo, el tratamiento de su hijo no es seguro".

La mayoría de los médicos, asegura Rodríguez, "procuramos no insistir en la búsqueda por internet. Algunas veces, la información es contraproducente. Es el caso de algunos padres con hijos asmáticos y diabéticos que deciden no vacunarles de la gripe después de haber leído información no contrastada sobre los riesgos. Esto es lo que después origina repuntes como el del sarampión".

Otra cosa diferente es una enfermedad más compleja, como una malformación congénita. Por lo general, continúa el pediatra, "para enfermedades leves no merece la pena buscar en la red, pero sí para patologías oncológicas, cardiovasculares, etc. En estas circunstancias, mejor que el médico les dirija en la búsqueda a que ésta sea anárquica". Muchos padres, incluso, tras el diagnóstico buscan por su cuenta y después acuden al médico para que les 'traduzca' un lenguaje muy especializado y poco comprensible sobre la enfermedad de su pequeño.

Entre las recomendaciones médicas para buscar por internet, Rodríguez destaca las páginas oficiales, como la del Ministerio de Sanidad, la web de la Asociación Española de Pediatría y otras monográficas como la asociación de pacientes celiacos, niños diabéticos y con asma. "Ayudan a informarse, proponen ofertas de campamentos para pacientes diabéticos o facilitan una lista de tiendas donde venden productos celiacos, etc.".

Hay que conocer la fuente y también saber interpretar la información que se está leyendo. El problema es que "cada vez vemos más padres que repiten consulta para cuestionar el diagnóstico o el tratamiento sólo por lo que han visto en internet, aunque no esté basado en evidencia científica", subraya el doctor español. Y lo peor no es eso sino que "interrumpen la terapia de sus hijos por decisión propia". Quizás los progenitores deberían confiar un poco más en los médicos y estos dedicar un poco más de tiempo a aclarar sus dudas, aunque esto forma parte de un reto mayor en la Sanidad española.

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