Trípoli, 2 oct (PL) Fuerzas insurgentes apoyadas por la OTAN continuaron hoy el asedio a Sirte, pese a que el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) atribuyó a los bombardeos aéreos el agravamiento de la situación humanitaria allí.
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Los testimonios de empleados del CICR desmintieron aseveraciones de líderes del autonombrado Consejo Nacional de Transición (CNT) relativas a que sus hombres habían dado dos días de tregua para permitir la evacuación de civiles atrapados en aquella ciudad costera.
El jefe del CNT, Mustafa Abdul Jalil, afirmó el viernes que se concedió un alto el fuego para facilitar la salida de civiles, pero ayer y hoy prosiguieron los bombardeos de aviones de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y disparos de cohetes y obuses.
Las tropas leales a Muamar El Gadafi, quien es oriundo de Sirte y cuyo paradero se desconoce desde finales de agosto, resisten desde hace más de dos semanas los ataques de los insurgentes y mantienen el control del centro de la urbe, así como otras posiciones estratégicas.
Sin embargo, empleados del CICR y la Media Luna Roja (su equivalente en países musulmanes) aseguraron que varios cohetes lanzados por los alzados impactaron en el hospital Ibn Sima, el principal de la localidad, mientras lo visitaban el sábado para entregar medicinas.
Los trabajadores humanitarios, que debieron sortear muchos controles de los sublevados en la carretera de acceso a Sirte, calificaron de "realmente desesperada" la situación de los residentes allí, donde hay carencia de agua potable, alimentos y fármacos esenciales.
Además de medicamentos, entregaron combustible para echar a andar los generadores del hospital y afirmaron que muchos habitantes mueren por no poder acudir a recibir atención médica debido a los combates y los bombardeos incesantes de la OTAN.
Las reservas de agua del hospital sufrieron daños, se carece de oxígeno y los suministros médicos escasean, pese a la entrega de paquetes para asistir a más de 200 heridos, explicó a periodistas Hichem Khadraoui, funcionario del CICR.
La alianza atlántica, indicaron los propios insurrectos libios, ha alternado los bombardeos aéreos con el lanzamiento de propaganda instando a la rendición de los pro-Gadafi y amedrentando a la ciudadanía con una muerte segura si se mantiene en la ciudad.
Los insurgentes estrecharon el cerco por el este, oeste y sur, y se apoderaron del puerto, el aeropuerto y una base del Ejército libio.
El centro de Sirte mostraba un panorama devastador con columnas de humo, explosiones constantes de cohetes, obuses de mortero y movimientos de hombres armados atrincherados en edificios y calles.
Por otro lado, un comandante estadounidense para África afirmó el sábado que la misión militar de la OTAN estaba ampliamente completada en Libia y el bloque agresor podría empezar su retirada "tan pronto como la próxima semana".
El jefe del CNT, Mustafa Abdul Jalil, afirmó el viernes que se concedió un alto el fuego para facilitar la salida de civiles, pero ayer y hoy prosiguieron los bombardeos de aviones de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y disparos de cohetes y obuses.
Las tropas leales a Muamar El Gadafi, quien es oriundo de Sirte y cuyo paradero se desconoce desde finales de agosto, resisten desde hace más de dos semanas los ataques de los insurgentes y mantienen el control del centro de la urbe, así como otras posiciones estratégicas.
Sin embargo, empleados del CICR y la Media Luna Roja (su equivalente en países musulmanes) aseguraron que varios cohetes lanzados por los alzados impactaron en el hospital Ibn Sima, el principal de la localidad, mientras lo visitaban el sábado para entregar medicinas.
Los trabajadores humanitarios, que debieron sortear muchos controles de los sublevados en la carretera de acceso a Sirte, calificaron de "realmente desesperada" la situación de los residentes allí, donde hay carencia de agua potable, alimentos y fármacos esenciales.
Además de medicamentos, entregaron combustible para echar a andar los generadores del hospital y afirmaron que muchos habitantes mueren por no poder acudir a recibir atención médica debido a los combates y los bombardeos incesantes de la OTAN.
Las reservas de agua del hospital sufrieron daños, se carece de oxígeno y los suministros médicos escasean, pese a la entrega de paquetes para asistir a más de 200 heridos, explicó a periodistas Hichem Khadraoui, funcionario del CICR.
La alianza atlántica, indicaron los propios insurrectos libios, ha alternado los bombardeos aéreos con el lanzamiento de propaganda instando a la rendición de los pro-Gadafi y amedrentando a la ciudadanía con una muerte segura si se mantiene en la ciudad.
Los insurgentes estrecharon el cerco por el este, oeste y sur, y se apoderaron del puerto, el aeropuerto y una base del Ejército libio.
El centro de Sirte mostraba un panorama devastador con columnas de humo, explosiones constantes de cohetes, obuses de mortero y movimientos de hombres armados atrincherados en edificios y calles.
Por otro lado, un comandante estadounidense para África afirmó el sábado que la misión militar de la OTAN estaba ampliamente completada en Libia y el bloque agresor podría empezar su retirada "tan pronto como la próxima semana".
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