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jueves, 9 de diciembre de 2010

Nacionalistas marroquíes amenazan el agua pública que surte a Melilla


Los manantiales que Melilla tiene en las zonas limítrofes marroquíes están en el punto de mira del alcalde de Beni-Enzar, Yahya Yahya. Se trata de las fuentes de Trara y Yasinen, que surten de agua del Monte Gurugú a la ciudad autónoma desde hace por lo menos medio siglo, en tiempos del Protectorado español.

El domingo, Yahya se presentó en estos manantiales con un grupo de activistas dispuesto a hacerse con el control del agua melillense. Según el consejero de Medio Ambiente de Melilla, Ramón Gavilán, no lo consiguieron porque los guardas españoles que vigilan aquellas fuentes no se marcharon nunca de allí.

En declaraciones a este periódico, Gavilán se mostró convencido de que aquel acto soberanista de Yahya Yahya fue sólo "una bravuconada" de tantas que ha llevado a cabo en los últimos años el alcalde de Beni-Enzar, que es además presidente de la Comisión de Amistad Hispano-Marroquí en los senados de ambos países.

El consejero llamó a la tranquilidad porque el agua de esos manantiales españoles no se ha cortado en ningún momento y sigue estando vigilada por guardas de la Ciudad Autónoma de Melilla.

Además, miembros del Consulado de España en Nador se pasaron por la zona el pasado fin de semana y comprobaron que todo seguía en su sitio pese a la visita de Yahya.

De todos modos, Gavilán tampoco se mostró excesivamente preocupado si al final los activistas marroquíes se salen con la suya y se hacen con el control de los manantiales, ya que el agua que proviene de allí representa sólo un 1,7 por ciento del suministro de Melilla.

En concreto, de Trara y Yasinen llegan 500 metros cúbicos diarios, una mínima cantidad frente a los 30.000 que se consumen diariamente en la ciudad. "El agua mayoritaria que se consume en Melilla viene de la planta desalinizadora y los pozos", aclaró Gavilán.

Además, el consejero recordó que desde hace tiempo, la Ciudad Autónoma desconfía de que el agua de Trara y Yasinen llegue con una calidad suficiente como para llevarla a la red sin un mínimo tratamiento, ya que las tuberías que comunican el Gurugú con los manantiales aparecen rotos muchas veces.

Por eso, desde hace un tiempo, la Consejería de Medio Ambiente lleva el agua de Trara y Yasinen a un depósito para tratarla y mezclarla con el resto.

Pese a todo, el Gobierno de Melilla advirtió días atrás de que si al final Marruecos se hace con el control de los manatiales, la Ciudad Autónoma estudiará todas las vías legales a su alcance para hacer valer sus derechos.

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