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sábado, 6 de noviembre de 2010

Santiago, territorio pedofilo vaticano

La bandera del Estado Vaticano ondea sobre el palacio arzobispal de Santiago, que hoy, junto con el Pazo de Raxoi -sede del Ayuntamiento- será embajada. La catedral, sus cuatro plazas y la anexa de Cervantes se reconvierten en territorio vaticano durante la visita del Papa en la capital gallega y quedan bajo poder de la Iglesia. El alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, explicó ayer que "se aplica un principio de extraterritorialidad" que da competencias "legales y jurisdiccionales" a la institución católica. Así, son los servicios de la Iglesia los responsables de la seguridad desde la noche de ayer y podrán hacer correcciones sobre el dispositivo organizado por las administraciones españolas, informa Europa Press.

Bugallo pidió ayer a los ciudadanos que entiendan la situación y "admitan" que la Iglesia sea hoy la que "lleve la iniciativa". Además, se han cedido dependencias municipales para el uso del Papa, obispos, arzobispos y cardenales, que se cambiarán en el Pazo de Raxoi, y en el universitario Pazo de San Xerome, para uso de los sacerdotes. La ciudad se lavaba la cara ayer y también las losas que el papamóvil pisará por las calles de la ciudad vieja, fregadas con jabón por dos operarios. Las jardineras esparcidas por el recorrido y las cunetas de la carretera renovaban flores y perdían maleza al paso de los jardineros.

El mayor dispositivo de seguridad puesto en marcha en Galicia, con 6.000 agentes, peinó durante días el casco antiguo en superficie, subsuelo -las alcantarillas están selladas- y desde el aire con helicópteros. Los comerciantes, vecinos y conductores enseñaron su documentación mientras expertos en desactivación de explosivos, unidades caninas y seguridad ciudadana peinaban metro a metro.1Más de 6.000 agentes entre policía, Guardia Civil, policía local y voluntarios de Protección Civil patrullan la ciudad y cubren todo el recorrido para evitar incidentes. Cada 400 metros entre el aeropuerto y el centro y por todo el casco histórico hay personal de Protección Civil que se encarga de informar y dar asistencia sanitaria.

Grupos contrarios a la visita se manifestarán mediante la marcha a pie Camiño a Teo y en la céntrica plaza de Galicia. En las cargas de antidisturbios que se produjeron en una concentración, el pasado jueves, un agente propinó un codazo al reportero gráfico de EL PAÍS que retrataba la protesta y que tuvo que recibir asistencia médica. También el medio en Internet Galiza Contrainfo denunció la agresión a un camarógrafo, que documentó con un vídeo.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, insistía ayer en la estimación de "más de 200.000" visitantes en la inauguración y bendición del centro de prensa -en el que trabajan los más de 1.500 periodistas acreditados- pese a que los hoteles no se han llenado, echando por tierra las previsiones de lleno que se anunciaron nada más conocerse la visita papal. En llenar habitaciones de hotel colaboró también TVG, que reservó 200 cuartos para personal que vive fuera del centro de Santiago a fin de asegurar que lleguen sin problemas al trabajo. Además, mientras la organización reservaba 2.080 plazas de aparcamiento exclusivas para autobuses, en los que se desplazan a la capital excursiones y los miembros de parroquias y colegios que se sitúan en el recorrido, las previsiones del Ayuntamiento de Santiago estimaban unos 500, según fuentes próximas al consistorio.

En un artículo enviado a los periódicos gallegos, el presidente de la Xunta afirma que la visita del Papa moviliza en una época de "desmayo económico" una "economía que beneficia preferentemente a las pequeñas y medianas empresas, o sea, a mucha gente humilde y trabajadora".

El ministro de Fomento, José Blanco, consideró que las posiciones en contra de la visita son "minoritarias" y que el Gobierno responderá "al más alto nivel" por tratarse de "una visita de Estado". Sin embargo, el BNG no asistirá a los actos porque considera que la visita de Ratzinger tiene carácter pastoral. "En un Estado laico y democráticamente avanzado hay que mantener siempre una clara línea de separación entre la Iglesia y el espacio público", argumentó en un comunicado. Los nacionalistas criticaron también que el Gobierno gallego destine tres millones de euros a financiar la visita en "un contexto de graves recortes sociales" y que ponga "los medios de comunicación públicos al servicio de una confesión privada".


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