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domingo, 17 de noviembre de 2013

Un 86% de españoles, incluido el 79% de votantes del PP, pide un cambio de caras ya

Descontentos y fatigados tras dos años de penuria, los españoles quieren cambios. Como mínimo, de caras y actitudes. La mayoría (58%) tiene una imagen mala del presidente, y el grupo de los críticos aumenta hasta casi el 66% cuando valora al equipo de Gobierno en su conjunto. Rajoy y sus ministros ni siquiera levantan pasiones entre los votantes del Partido Popular, que en buen número se suman a la inmensa mayoría (85,7%) que reclama una remodelación del Ejecutivo ya.
El Gobierno llega a la mitad de la legislatura literalmente achicharrado. Ésta es la principal conclusión que se desprende de la encuesta realizada por Sigma Dos para EL MUNDO.
Los votantes discrepan radicalmente de Mariano Rajoy cuando asegura sentirse muy satisfecho con todos sus ministros, alaba su esfuerzo y entrega y confirma su escasa predisposición a realizar cambios. Unos lo interpretan como indolencia, otros como demostración clara del sostenerla y no enmendarla.
Los españoles condenan a Wert, Mato, Gallardón, Báñez y a Cristóbal Montoro
Opiniones tan alejadas entre el poder y la calle vienen a reafirmar la creencia de que desde La Moncloa -la ciudad prohibida, como la denomina un buen número de diputados del PP- las cosas se ven desde una óptica diferente. Y da igual a quién se pregunte. Los votantespopulares en este caso apenas marcan diferencias y en un abrumador 79,4% se ponen del lado de los que reclaman con urgencia un equipo de refresco.
Ni que decir tiene que el porcentaje asciende hasta situarse en el entorno del 90% cuando los que se pronuncian aseguran haber votado a otras fuerzas políticas. Incluso si los encuestados se dividen por edades, el deseo de cambio se manifiesta en todas las franjas como un clamor.

Remodelación del Gobierno

A juzgar por la opinión de los españoles, la remodelación del equipo gubernamental debería ser casi completa. Sólo la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, se salvaría de la purga.Un 50,6% cree que debería continuar, frente a un 43% que prefiere su sustitución. Haciendo balance entre unos y otros, la número dos del Ejecutivo obtiene un saldo positivo del 8%.
Ella es la única; la cosecha del resto de los ministros es negativa. Los que se llevan la palma son el titular de EducaciónJosé Ignacio Wert, denostado por una reforma educativa cuya explicación ha estado plagada de torpezas; la ministra de Sanidad, Ana Mato, acosada por su relación con la Gürtel e impulsora de recortes que afectan de lleno a los más desfavorecidos; la responsable de Empleo,Fátima Báñez, que no ha podido dar ni una sola buena noticiapese a su dura reforma laboral y firmante de una revisión sin consenso del sistema de pensiones; el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, cuya mano se ve detrás de todos los tijeretazos y todas las subidas de impuestos, y el responsable de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, que bandea en función de las circunstancias.
El cumplimiento del programa electoral cosecha un muy deficiente de nota
El descontento de la mayoría de los ciudadanos con los ministros se debe en parte a la falta de tacto, a la torpeza o a la ausencia de empatía personal, pero sobre todo al hecho de que se les considera manos ejecutoras de una política que en sus aspectos más relevantes ha sido justo la contraria a la que prometía el PP en su programa electoral.
De hecho, cuando se pide a los encuestados que valoren de 1 a 10 el grado de cumplimiento de las promesas que hizo Rajoy para llegar a La Moncloa, el resultado es un deprimente 2,71, e incluso los votantes populares muestran su insatisfacción concediendo un ramplón 3,94.

'Falta de capacidad política'

Las razones que encuentran los españoles a este incumplimiento palmario de la palabra dada se atribuyen casi en la misma medida a"las circunstancias" (37%), que no dejarían margen al Gobierno para moverse con libertad -aquí cabrían explicaciones que abundan en los dictados de Bruselas o en la nefasta herencia dejada por los socialistas-, y la "falta de capacidad política" (35%), que ahonda en la inoperancia de al menos una parte importante del Gobierno que preferiría el recorte indiscriminado al ajuste fino. Las explicaciones de este grupo conectan también con las del 25% restante que achaca los incumplimientos del programa electoral sencillamente a la "falta de determinación".
Obviamente, los votantes del PP se sitúan mayoritariamente (61,9%) en el primer grupo, más comprensivo con el Ejecutivo, en tanto que los electores de las restantes fuerzas políticas prefieren ubicarse en el segundo bando.

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