Soplan vientos favorables para la marihuana en Estados Unidos. Por
primera vez en cuatro décadas hay más americanos a favor de legalizar el
uso de la popular droga que de prohibirla. De acuerdo a un estudio
elaborado por el Pew Research Center en Washington, no solo un 52% vería con buenos ojos el levantamiento de las sanciones federales, sino que una gran mayoría de los encuestados califica de pérdida de recursos la lucha contra su consumo.
Es un dato que llega tras la reciente incorporación de Washington y Colorado
a la lista de las regiones en las que está despenalizado el uso de la
droga o que está permitido con fines médicos, como en California, uno de
los estados pioneros en ese aspecto y donde conseguir marihuana es
relativamente sencillo. Basta con tener un carné médico que justifique
dolencias como una migraña para que se pueda acceder a cuanta cantidad
se necesite.
Pese a esa presunta libertad, no han sido pocos los centros de cultivo de la planta que han sido víctimas de las redadas federales en California,
en una doble moral que hasta el fiscal general del estado, Eric Holder,
ha percibido y que espera corregir con una nueva legislación. El mismo
presidente Barack Obama se ha mostrado ambiguo en su postura, con un
acoso a los cultivadores que según muchos estadounidenses debería
terminar.
Hasta la fecha son 24 estados y el Distrito de Columbia
los que han dado luz verde a la marihuana de una u otra forma, una
tendencia al alza que la encuesta sugiere que continuará de acuerdo a la
voluntad popular.
El estudio además refleja el cambio de actitud de la generación de
los "baby boomers" con respecto al uso de una droga que conocen bien, un
público que hace una década no era partidario de legalizar el cannabis.
En solo diez años se ha pasado de un 30% al 52 actual, señal de que la
percepción y la mala prensa de la marihuana ya no es lo que era.
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