La exigua mayoría parlamentaria ahoga a Artur Mas cuando apenas se
cumplen cien días de su segundo mandato como presidente de la
Generalitat. Con 50 diputados, a 18 de la mayoría absoluta, el
presidente necesita de su socio, Esquerra Republicana, o del tercer
partido en el Parlament, el PSC, para seguir adelante sin sobresaltos y
aprobar los Presupuestos de 2013.
Mas gesticula y asegura querer incluirlos en su Gobierno para repartir
el sacrificio, pero de momento los partidos no pican en el anzuelo del
presidente. Así ha quedado claro después de que el pasado miércoles Mas hiciera el balance de sus cien días de Gobierno,
un acto que convirtió en una suerte de debate de política general.
Enfatizó sus urgencias y subrayó la situación de “emergencia” que viven
las finanzas catalanas. “Está en juego el país, no el Gobierno”, agregó.
Pero su exposición, carente de cualquier autocrítica —culpó de la
alarmante situación de las arcas catalanas solo a factores externos a su
Gobierno, obviando sus tres años de gestión—, no convenció ni a ERC ni
al PSC. Ninguno de los dos partidos está dispuestos a dar carta blanca a
Mas.
Al contrario, ERC aprovechó este jueves la debilidad de Mas para intensificar su presión. Su líder, Oriol Junqueras,
que ya había alertado en varias ocasiones que el pacto parlamentario no
suponía un cheque en blanco a las cuentas, subió el listón: ante la
esperada relajación del déficit autonómico, Junqueras alertó que no
avalará los Presupuestos aunque el límite de déficit pase del 0,7% al
1,5%. El aumento (cada décima son 200 millones), significaría reducir
los recortes de 4.800 a 3.200 millones, según sus cálculos. “Si alguien
cree que avalaremos 3.200 millones, es que se ha vuelto loco”, avisó con
contundencia Junqueras. El republicano detalló sus cuentas. Con un 1,5%
de objetivo del déficit, la Generalitat deberá afrontar 1.000 millones
de recortes para alcanzar el objetivo; pero también restar 400 millones
en concepto de reducción de ingresos, otros 400 por el aumento de
intereses y 1.400 más derivados de la pérdida de activos por la
privatización de Tabasa y Aguas Ter-Llobregat. La cantidad, dijo Junqueras, es “inasumible”.
Las amenazas de Esquerra distan de ser una negativa en firme a los
Presupuestos. En paralelo a la gesticulación pública, los contactos
entre ambos partidos ya han empezado para poder afrontar las cuentas. De
hecho, el consejero de Presidencia catalán, Francesc Homs, dio ayer por
hecho que CIU y ERC aprobarán las cuentas antes de que acabe el
semestre. Pero Junqueras quiere empezar la negociación ejerciendo una
fuerte presión para dejar claro que su aval no saldrá gratis.
La prórroga de las cuentas de 2012 supone, de facto, un recorte del 28%. Pero CiU y ERC han decidido esperar para redactar los Presupuestos —es la única comunidad que no lo ha hecho— a que el Gobierno dé margen a las autonomías con el objetivo de déficit. Junqueras es el dirigente que más presión ha puesto en este sentido, y ahora tensa la cuerda porque considera que algunos dirigentes del Gobierno catalán se conforman para el 1,5%. Para ERC, menos del 2% de déficit es inasumible.
La prórroga de las cuentas de 2012 supone, de facto, un recorte del 28%. Pero CiU y ERC han decidido esperar para redactar los Presupuestos —es la única comunidad que no lo ha hecho— a que el Gobierno dé margen a las autonomías con el objetivo de déficit. Junqueras es el dirigente que más presión ha puesto en este sentido, y ahora tensa la cuerda porque considera que algunos dirigentes del Gobierno catalán se conforman para el 1,5%. Para ERC, menos del 2% de déficit es inasumible.
CiU opta de momento por no enfrentarse a su socio. La federación hace
equilibrios diarios para mantener la estabilidad de su pacto, basado en
la consulta soberanista, y tender puentes con el Gobierno de Mariano
Rajoy para que el diálogo entre Mas y el presidente del Gobierno
—suscrito de momento al déficit, sin acercamiento en la consulta— llegue
a buen puerto. En este sentido, el portavoz de CiU, Jordi Turull, dijo
coincidir con Junqueras, pero aseguró que si no se expresa con “la misma
contundencia” es porque CiU “debe gestionar el día a día del
Gobierno”.
Frente a las dificultades que pone ERC, el PSC no está dispuesto
tampoco a ejercer de salvavidas de Mas. El presidente catalán lleva dos
semanas invitando a los socialistas a entrar en el Gobierno catalán.
Pero la petición se produce en entrevistas en medios de comunicación y
en ruedas de prensa: la oferta, sostienen los socialistas, no se ha
producido oficialmente. “Lo que tendría que hacer Mas es hacer su
ofrecimiento a través de los medios de comunicación, sino a través del
primer secretario. No ha habido oferta formal”, dijo el portavoz
socialista, Maurici Lucena. El PSC pone como condición para entrar en el
Gobierno que Mas paralice su proceso soberanista, algo que ERC no está
dispuesta a aceptar. El consejero Homs confió en poder negociar el
Gobierno de concentración una vez aprobadas las cuentas.
Aunque las relaciones entre el PSC y ERC no invitan a pensar en una
unidad próxima. Los republicanos están muy molestos con la actitud que
los socialistas han tomado en esta legislatura. Las tiranteces se
evidenciaron en una dura pugna dialéctica entre Marta Rovira, secretaria
general republicana, y Lucena, en Catalunya Ràdio. Junqueras lanzó
varios dardos a los socialistas en sus desayunos informativos, y recordó
al PSC que pueden formar mayoría parlamentaria con CiU.
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