La última vez que Perú se presentó ante el Comité de derechos humanos
de Naciones Unidas, en 2000, el país salía de ocho años del régimen
autoritario de Alberto Fujimori. En noviembre de 2000, el Comité expresó
su preocupación por las “denuncias
recibidas sobre esterilizaciones involuntarias, particularmente de
mujeres indígenas en zonas rurales y de mujeres de los sectores sociales
más vulnerables”. Doce años después, la misma instancia vuelve a
llamar la atención sobre el tema por la falta de sanciones a los
responsables de esa política de control natal aplicada durante el
gobierno de Fujimori y de resultados en la investigación.

En
2011, durante la campaña electoral presidencial, el recuerdo de los
casos de esterilizaciones forzadas minó la candidatura de Keiko
Fujimori, hija del ex presidente que cumple una condena de 25 años de prisión por crímenes de lesa humanidad.
Las investigaciones fiscales acerca de las esterilizaciones forzadas
se reabrieron en 2012, aunque ONG alertaron que si el Estado no provee
presupuesto y personal, las denuncias se archivarán como en el pasado.
Los expertos de la ONU se han pronunciado en el mismo sentido. “El
Comité urge al Estado parte a agilizar la investigación: disponer
suficientes recursos económicos, humanos y técnicos (…) y asegurar que
todas las víctimas reciban formas adecuadas de reparación sin más
dilaciones”.
Perú presentó a la ONU, en septiembre de 2011, su quinto informe como
Estado parte del Pacto de Derechos Civiles y Políticos, aunque debió
haberlo depositado en octubre de 2003. El año pasado, recibió preguntas
específicas del comité de expertos en Ginebra y fue convocado al examen
periódico en Ginebra. Estas audiencias del examen se realizaron el 19 y
20 de marzo, tras lo cual, el comité de expertos elaboró sus
conclusiones.
Entre otras recomendaciones, el Comité indica que el Estado peruano
debe asegurar la aplicación de un protocolo nacional de aborto
terapéutico ya aprobado. “En otros países de América Latina, el aborto
terapéutico es formalmente ilegal, pero en Perú es formalmente legal y
no está adecuadamente implementado. Nosotros debemos enfatizar en la
protección de la vida y la salud de las mujeres; en ese sentido es un
problema más serio”, comentó a este diario Gerald Neuman, uno de los
expertos del Comité, y catedrático en Harvard de Derecho Internacional y
Derecho Comparado. “Cierta cantidad de problemas de Perú acerca de los
derechos humanos se debe a que las normas dicen cosas coherentes con las
obligaciones internacionales, pero fracasa en la implementación
efectiva de la ley en la realidad, y no cumple, entonces, con su
obligación”, añade Neuman.
El experto estadounidense también destacó que al Comité de la ONU le
preocupa “la frecuencia con la que declara el Estado de emergencia, sin
justificación, para lidiar con protestas pequeñas y locales”, dado que
en esas circunstancias ha habido excesos en el uso de la fuerza por
parte de los militares y la policía. “Esas violaciones de derechos
humanos no están siendo investigadas ni sancionadas”, agregó por
teléfono.
Al igual que Neuman, el abogado argentino y miembro del comité Fabián
Salvioli, remarcó el riesgo que plantean los decretos 1064 y 1065 que
autorizan la intervención de las Fuerzas Armadas ante un ‘grupo hostil’.
“En dichas normas encontramos una posible incompatibilidad con el
pacto, pues la definición de ‘grupo hostil’ puede incluso aplicarse a
personas con piedras o palos, que no merezcan ese uso de la fuerza”.
Las conclusiones del comité también aluden a secuelas del conflicto armado interno y la lucha contra el grupo terrorista Sendero Luminoso entre 1980 y 2000. La instancia lamenta la falta de cooperación del ministerio de Defensa y las fuerzas armadas a la hora de entregar información.
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