Dos meses después de haber recibido a expertos de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, (CIA,) para dictar un curso sobre seguridad cibernética dirigido al gobierno paraguayo, esta vez, Federico Franco, distinguió con un atento almuerzo al ex presidente de Colombia Álvaro Uribe, en una recepción llevada a cabo en el lujoso hotel Bourbon el día miércoles 27 de febrero.
A la llegada del ex mandatario colombiano en el
aeropuerto paraguayo, en medio de un fuerte dispositivo de seguridad, lo
esperaban representantes de la burguesía local como Carlos Mateo
Balmelli y la ganadera Mary Llorens, para acompañarlo hasta el hotel
donde se realizó la conferencia denominada: “Propuestas de desarrollo,
Seguridad y combate al terrorismo”.
Alvaro Uribe es uno de los
hombres claves de la política internacional de Washington, en el año
2009 antes de dejar su mandato presidencial fue condecorado por el ex
presidente de los Estados Unidos George W. Bush, por su apoyo a
Norteamérica en lo que ellos entendieron como su "contribución
especialmente meritoria a la seguridad y los intereses nacionales de los
Estados Unidos".
Uribe es un defensor férreo de las políticas
económicas del neoliberalismo en su versión más radical, predicador de
las bonanzas de los agronegocios, fiel a la política de seguridad
estadounidense y un propulsor de las bases militares norteamericanas en
Colombia y por ende en el continente.
La conferencia fue a
puerta cerrada sin acceso para periodistas, al finalizar dio unas
palabras en una rápida rueda de prensa, el expositor felicitó al
gobierno de Franco por no ser un adepto al bloque de países bolivarianos
y dijo ser un admirador de las políticas que en el Paraguay se están
implementando; “Paraguay ha sido una necesaria y exitosa barrera para
frenar el avance neocomunista del chavismo-castrista en América Latina y
eso lo aplaudo a Paraguay” [1] , consideró, haciendo referencia al golpe de estado parlamentario contra Fernando Lugo en junio del año pasado.
Uribe habrá venido al Paraguay con varias tareas y recomendaciones.
Una, profundizar la lucha contra el terrorismo, entendiendo que lo que
ellos denominan “lucha contra terrorismo”, en la realidad es la
agudización de la criminalización de las luchas sociales, que incluye la
persecución a dirigentes sociales, apresamientos, militarización de
territorios y asesinatos selectivos. Dos, sería la de consolidar el
ingreso del Paraguay a la Alianza del Pacífico, bloque conformado por
los países más alineados a la política imperial de Washington como
México, Perú, Colombia y Chile.
Profundizar un proyecto
conservador y neoliberal, hostil con los movimientos sociales y los
sectores empobrecidos del país, es la tarea de los partidos políticos de
la derecha paraguaya aliada con los representantes de las
multinacionales y el capital internacional, para asediar todo intento de
integración regional que pueda ser cuestionador del modelo hegemónico.
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