El oficial de guardia no daba crédito a lo que decía la mujer que se
presentó en la comisaría con las ropas rasgadas y cubierta de hematomas.
¿Estefanía Heit le había causado esas heridas además de violarla? Que
bebiera un sorbo de agua y pensara bien antes de hacer la denuncia...
Unas horas después, Sonia Molina repitió la misma versión en la Fiscalía
de Delitos Sexuales de Coronel Suárez, una ciudad al sur
de la provincia de Buenos Aires. Heit, presentadora de noticias de
Canal 4 y conductora de uno de los programas de radio con mayor
audiencia en dicha localidad, la mantuvo secuestrada los últimos tres meses en su casa de la calle Grand Bourg a la altura del 1800.
Estefanía Heit.
En ese período, ella y su esposo Jesús Olivera, la sometieron a todo
tipo abusos sexuales; le quemaron cigarrillos en el cuerpo; la obligaron a caminar en cuatro patas y cuando le daban algo de comer era alimento para perros.
Molina perdió casi 30 kilos de peso durante su cautiverio y el médico
que la atendió dijo que fue un milagro que sobreviviera bebiendo su
propia orina.
Los vecinos de Coronel Suárez, una tranquila localidad de 40.000
habitantes, a 550 kilómetros al sur de Buenos Aires (capital) no salen
de su estupor. A Estefanía Heit, de 29 años, todos la conocían como una
periodista de gran talento, que solía denunciar la violencia de género en su programa 'Vos Podés'.
Es más, hace un año Heit entrevistó en la radio a su futura víctima,
quien relató los abusos a los que fue sometida en su adolescencia, en
Río Colorado.
Según las primeras pesquisas, fue en esa ciudad donde Sonia Molina
conoció a Jesús Olivera, cómplice y cónyuge de la periodista. En su blog
'Amar es Combatir'
el sujeto se presenta como líder de una comunidad evangelista. "Clama a
mí y yo te responderé y te enseñaré cosas grandes y ocultas", dice su
página digital. Se presume que Olivera introdujo a Molina en su secta y
que ambos mantuvieron una tortuosa y fugaz relación sentimental.
Un tiempo después, el iluminado conoció a la famosa presentadora de
televisión, que de acuerdo con el testimonio de uno de sus compañeros "entró en una onda mística y se volvió distante".
A mediados de mayo del 2012, Sonia Molina se trasladó a Coronel
Suárez, donde trabajó de empleada doméstica hasta su repentina
desaparición.
Aberraciones místicas y sexuales
Tras la detención de Heit y de Olivera, el lunes y el martes pasado
respectivamente, la fiscalía ordenó el allanamiento del domicilio que
ambos compartían. La Policía encontró en el teléfono móvil y en el
ordenador de la periodista varias grabaciones de los abusos sexuales y otras torturas que sufrió la prisionera.
En su testimonio, la víctima relató que la mayor parte del tiempo
estuvo atada con bandas de nylon a una baranda del pasillo. "Realizaban
unos ritos extraños... se ponían como en trance y cuando se acordaban de
mí, decían que me prepara porque me iban a matar", contó Sonia a los investigadores.
Los últimos días de su cautiverio estuvo encerrada en una habitación,
de donde escapó el pasado lunes, aprovechando la ausencia de sus
captores.
En cuanto al móvil del secuestro, los investigadores dicen que
cualquier hipótesis resultaría prematura. El alcalde de Coronel Suárez,
Ricardo Moccero, presume que fue "una mezcla de aberraciones místicas y sexuales".
La gente del lugar se siente estafada. "No puedo creer detrás de la
reportera que todos admirábamos se escondiera semejante monstruo", dijo
un vecino a los periodistas de Canal 4, aturdidos también por la
noticia.
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