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domingo, 25 de noviembre de 2012

Catalunya, ante las elecciones más importantes de su historia

No es un tópico, ni un lugar común. Catalunya celebra hoy las elecciones más importantes de su historia. Es la única afirmación que suscribirían el presidente catalán y el presidente español, los partidos de izquierdas, los de derechas y, como se ha comprobado en la campaña, hasta la extrema derecha española. También coinciden en ello los periódicos de Barcelona y los de Madrid y el centenar largo de medios de comunicación internacionales que se han acreditado para cubrir la jornada electoral en la que Catalunya fijará su rumbo colectivo.

Lo dijo Mariano Rajoy, que "estas elecciones son más importantes que las generales", y lo confirmaron todos los candidatos catalanes. En unas elecciones convencionales se decide la orientación política o ideológica del Gobierno, pero eso no afecta al edificio estatal. En cambio, los catalanes han sido convocados a las urnas para que se pronuncien si se reconocen a sí mismos como un sujeto político capaz de decidir sobre su futuro o si esa decisión corresponde al conjunto de los españoles. Dicho de otra manera, si Catalunya ha de ser soberana o es España la única unidad de destino.

La casualidad ha querido que hoy con La Vanguardia se distribuya también una edición de Notícia de Catalunya, el clásico de Jaume Vicens Vives, publicado en 1960, que dejaba constancia de lo que denominaba "el nudo del problema psicológico catalán". "El primer resorte de la psicología catalana -decía Vicens- no es la razón como en los franceses; la metafísica, como en los alemanes; el empirismo, como en los ingleses; la inteligencia, como en los italianos; ni la mística, como en los castellanos. En Catalunya -concluía el historiador-, el móvil primario es la voluntad de ser". Ha pasado más de medio siglo desde entonces. Se terminó la dictadura, hubo una transición democrática, se ensayó la autonomía y a lo largo de estas seis décadas la voluntad de ser de los catalanes ha adquirido buena parte de los ingredientes nacionales de sus convecinos, la razón, el empirismo, la inteligencia, la mística..., que la han llevado a desafiar al Estado. Por primera vez desde la derrota de 1714 ante la tropas de Felipe V, el pleito con Castilla, o sea, con el resto de España, se plantea en términos de soberanía.

Cuatro de las formaciones políticas de las que tenían hasta ahora representación parlamentaria se han comprometido a propiciar en la próxima legislatura una consulta a los ciudadanos de Catalunya sobre su destino colectivo. Convergència i Unió, Iniciativa per Catalunya, Esquerra Republicana y Solidaritat per la Independència. Dos formaciones rechazan de plano la posibilidad de una consulta, el PP y Ciutadans, mientras que los socialistas se pronuncian a favor del derecho a decidir de los catalanes pero ejercido siempre de manera acordada con los partidos españoles, PSOE y PP, que lo rechazan con rotundidad.

La principal incógnita sobre el resultado de hoy es si Artur Mas, al que todos los sondeos prevén como ganador, obtendrá una mayoría absoluta que le permita liderar más sólidamente el proceso soberanista que se puso en marcha con la multitudinaria movilización del Onze de Setembre. La mayoría soberanista de dos tercios está también asegurada por todas las encuestas, así que la segunda incógnita afecta a las cuatro fuerzas políticas que aspiran a situarse en segundo puesto del ranking, PSC, PP, ICV y ERC. Es un dato más psicológico que político para la noche electoral, porque al final lo que cuenta es la correlación aritmética y el equilibrio entre mayorías y minorías. Sí tendrá trascendencia el resultado del PSC, puesto que afecta a la capacidad de los socialistas de mantenerse como alternativa de gobierno en España. Mientras el PSC no recupere la ventaja que tradicionalmente le sacaba al PP, difícilmente el PSOE podrá relevar al PP del Gobierno español.

En cualquier caso, las elecciones de hoy marcarán una inflexión en el curso de la historia y su repercusión afectará a varias generaciones. En realidad ha sido la imposibilidad de gestionar el presente, sin dinero y sin poder político, lo que llevó a Artur Mas a lanzar su apuesta de futuro. Es una fórmula que parece extraída de la propuesta de Daniel Innerarity para recuperar la esperanza en la política. Sostiene el filósofo que "la transformación que las sociedades democráticas necesitan vendrá de una apertura a considerar el futuro como su espacio de acción". Y añade: "El progresismo está hoy allá donde se ponen en marcha procesos para configurar el futuro desconocido, donde se gestiona responsablemente la incertidumbre".

También sostiene el filósofo que "pensar en el futuro distorsiona la comodidad del ahora" y eso se ha podido comprobar en el convulso desarrollo de la campaña electoral, con intentos desestabilizadores sin precedentes en Catalunya motivados por las previsiones de todos los sondeos sin excepción que anuncian la amplísima mayoría en torno al derecho a decidir .

Esta distorsión interesada ha contribuido también a relegar el debate sobre las políticas de austeridad, los recortes y las medidas que se pueden llevar a cabo contra la crisis. No en vano el Gobierno catalán que surja de las urnas va a tener que gestionar simultáneamente el pleito catalán con España y la peor situación financiera de la historia de Catalunya, en un contexto de conflictividad institucional en España y un escenario europeo donde reina el desacuerdo, la colisión de intereses y la conflictividad social. Probablemente por ello, la posibilidad de un futuro distinto ha llegado a convertirse en opción electoral en Catalunya. De momento, el voto por correo ha aumentado un 45%, lo que hace prever un nivel de participación superior.


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