
Heriberto Lazcano, 'el Lazca'.
El antiguo cabo de Infantería, Heriberto Lazcano, 'El Lazca', de 37
años, el jefe del cartel de los Zetas, el más sanguinario y violento de
los grupos de narcotraficantes de México, se está construyendo un lujoso
sepulcro en Pachuca, en el Estado de Hidalgo (centro del país), zona de
la que es originario. Concretamente en el panteón de San Francisco,
situado en la colonia Tezontle, al sur de la ciudad y a un kilómetro de
la iglesia de Nuestra Señora de los Lagos, según informa en su edición
del domingo el diario El Universal.
En dicha iglesia una placa rinde homenaje a su benefactor: “Centro de
Evangelización Catequesis Juan Pablo II, donada por Heriberto Lazcano
Lazcano”. Y debajo el Salmo 143 de la Biblia: “Señor, escucha mi
oración, atiende mis plegarias, respóndeme, tú que eres fiel y justo”.
El diario añade que la tumba del capo empezó a construirse hace dos
años y que es un secreto a voces entre los vecinos e incluso entre las
autoridades. Hay vecinos a quien no les perece mal que El Lazca se
preocupe por su descanso eterno y otros que prefieren guardar silencio
por seguridad. Durante las fiestas de la patrona de la iglesia, Nuestra
Señora de los Lagos, el pasado día 2, fueron colocadas unas flores en
honor a la familia Lazcano. El Universal cuenta que la fiesta comenzó con el corrido Los más buscados,
popularizado por el grupo Invasores de Nuevo León y dedicado a los
Zetas: “Si antes eran como 20, ahora se perdió la cuenta. Decididos a
morirse, los conocen como zetas. A ley se han ganado el puesto, por eso
se les respeta”, dice la canción.
El jefe de los Zetas, conocido también como El verdugo, se enroló en
el Ejército mexicano a los 17 años pero a los 24, después de no haber
pasado de cabo, se unió al narcotráfico como asesino a sueldo del Cartel
del Golfo, bajo la protección de su líder Osiel Cárdenas Guillén, quien
reclutando a militares desertores de las fuerzas especiales mexicanas
formó a finales de los años noventa el embrión de los Zetas. En 2003
tras la detención de Cárdenas Guillén los Zetas se independizaron del
cartel del Golfo y comenzaron una guerra contra otros carteles rivales y
contra las autoridades. En la actualidad, están presentes en una
veintena de Estados y se disputan el territorio con el cartel de
Sinaloa, que dirige Joaquín El Chapo Guzmán.
Los Zetas han diversificado mucho sus tareas
delictivas y además de dedicarse al trasiego de drogas se emplean a
fondo en el tráfico de inmigrantes, los secuestros, las extorsiones y
los robos. Durante este tiempo se han ganado la reputación de ser el
grupo criminal más cruel por su afición a decapitar, desmembrar o
disolver en ácido a sus víctimas. EE UU ofrece una recompensa de cinco
millones de dólares por la captura de El Lazca.
El papel de benefactor de su lugar de origen tiene una larga
tradición entre los capos del crimen, líderes populistas que aprovechan
el vacío del Estado. Su protector Osiel Cárdenas distribuía
electrodomésticos en Matamoros, su ciudad natal, los Días de la Madre
hasta convertirlo en una tradición.
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