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domingo, 18 de diciembre de 2011

Las inundaciones en Filipinas dejan ya más de 650 muertos y 800 desaparecidos


La desolación en el sur de Filipinas tras el devastador paso de la tormenta tropical 'Washi' sigue creciendo hora tras hora. Al menos 650 personas han perdido la vida en las inundaciones y otras 802 siguen desaparecidas, según los datos de la Cruz Roja local.

Las tareas de rescate de las personas desaparecidas, que la Cruz Roja Filipina estima que se aproxima al millar, se centran en aldeas de las provincias de Iligan y Cagayan de Oro y en estas participan voluntarios, soldados y funcionarios del departamento de Protección Civil.

La mayoría de víctimas mortales son de Cagayan de Oro, Iligan, la provincia de Bukidnon, la provincia de Negros, la provincia de Compostela Valley y la provincia de Zamboanga del Norte, según datos de la organización humanitaria y las autoridades.

La tormenta tropical 'Washi', que entró la madrugada del sábado en el archipiélago con fuertes vendavales, ha causado graves inundaciones en el sur de Filipinas a causa de las copiosas lluvias.

Los expertos de las agencias internacionales identifican el chabolismo como el principal factor del gran número de víctimas que causan en Filipinas los desastres naturales y que evidencian el mal estado de las infraestructuras.

La incontrolada deforestación también favorece las riadas y avalanchas de tierra que son frecuentes durante la estación lluviosa que por lo general comienza en mayo y concluye en noviembre.

100.000 personas, en situación de emergencia

Unas cien mil personas afectadas por la tormenta van a necesitar asistencia de algún tipo para poder reconstruir sus vidas, según las autoridades del país.

El director del Centro Nacional de Prevención y Respuesta a los Desastres, Benito Ramos, señaló que esta gente necesita urgentemente agua potable, pero luego precisará ayuda para salir adelante.

Las autoridades han comenzado la distribución de alimentos, bebida y ropa para unas 10.000 familias, cuando en los registros oficiales figuran 6.115 familias o 34.841 personas en 30 centros de acogida habilitados en las zonas afectadas.

El presidente de la Cruz Roja de Filipinas, Richard Gordon, tiene previsto viajar a la zona este lunes, para conocer en persona las necesidades de los damnificados. Las ciudades de Cagayan de Oro, con medio millón de habitantes, e Iligan, con 318.000, son las que más daños han sufrido.

"La prioridad es aliviar el sufrimiento humano", apuntó Gordon.

Mientras los cadáveres se acumulan en las funerarias de Cagayan de Oro y no pueden ser embalsamados porque primero hace falta restablecer el servicio de agua, la prensa local, expertos y parte de la población se han enzarzado en un batalla dialéctica con las autoridades sobre quién ha tenido la culpa de la catástrofe.

Las autoridades filipinas han culpado en general a la población de la tragedia porque no se prepararon cuando se les avisó, aunque la prensa y muchos ciudadanos acusan a la administración de haber tardado en dar la alerta.

El Ejército tiene unos 20.000 efectivos en tareas de búsqueda y rehabilitación tan solo en Cagayan de Oro e Iligan.

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