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domingo, 11 de septiembre de 2011

El asombroso hombre araña egipcio

Fue el primero en trepar una veintena de pisos para arrancar de su cúspide la enseña con la estrella de David. La proeza de Ahmed al Shahat, un carpintero egipcio de 23 años, ocurrió el pasado 21 de agosto y el viernes algunos imitaron al joven que se convirtió en un héroe de millones árabes irritados con el vecino israelí.

Aquel día, entre vítores y fuegos artificiales, nació la leyenda del "increíble hombre bandera", inmortalizado como un patriótico 'spiderman' que hace añicos la enseña del Estado hebreo y la sustituye por la egipcia. "¡Sigue adelante!", voceó una multitud mientras el joven escalaba sin cuerdas el edificio que alberga en sus últimas plantas la delegación israelí que fue asaltada en la medianoche del sábado.

Caricatura de Carlos Latuff

Caricatura de Carlos Latuff

La ascensión triunfal de Shahat reunía décadas de frustración. Y su hazaña, narrada en 140 caracteres o capturada por decenas de móviles, se propagó como icono de una opinión pública que vivió durante décadas sojuzgada por una dictadura que cultivó las relaciones diplomáticas con Israel y cooperó incluso en el bloqueo de la franja de Gaza. Tras conquistar la libertad en 18 días de revolución, la calle egipcia perdió el miedo y mostró su determinación de influir en la nueva política internacional del país más poblado del mundo árabe.

Como sucedió este viernes, la policía asistió impasible a la acción de Shahat. Y la enseña egipcia despertó la jornada siguiente en el mástil propiedad de la embajada israelí mientras su bandera original había sido pasto de las llamas. "Millones de árabes hubieran querido tirar la bandera", reconoció el joven en declaraciones a la televisión catarí Al Yazira.

Las protestas que estallaron tras la muerte de cinco policías egipcios en un ataque israelí el 18 de agosto (el sexto falleció este sábado en un hospital militar) fueron un aviso que las autoridades interinas no quisieron escuchar.

Shahat ya lo advirtió entonces tras descender cortejado como un héroe por la multitud: "No me asusté. Es un mensaje a Israel de que podemos enviar millones de mártires por el bien de nuestro país". El pueblo, agregó, no esperaría a que su Gobierno tomara medidas. Y este viernes su pronóstico se hizo cierto.

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