Los que peinamos canas, teñidas o no, y andamos por los 60, formamos parte de una generación que si bien hizo muchas cosas, por ejemplo alfabetizar en las ciudades, sembrar árboles siendo fundadores de la Unión de Pioneros de Cuba (así se llamaba entonces), estudiar las carreras priorizadas, y otras tantas misiones de adolescentes inmersos en el torbellino que genera una Revolución, sentíamos en una gran mayoría, que teníamos una deuda pendiente: no haber combatido en la Sierra Maestra o en el Escambray o en Girón.
La cadena montañosa oriental, la central y la playa matancera eran suerte de símbolos que nos hacían tratar de ser mucho mejores. Luego, Bolivia y el Che nos harían sino exigir por lo menos anhelar una misión internacionalista, para combatir o colaborar en otros frentes en diferentes latitudes sin que por ello cobráramos un centavo.
Pero vuelvo a Girón. ¿Quién no ha gozado hasta el cansancio con los Van Van y su voz líder por décadas, Pedrito Calvo? ¿Cómo asociar al sandunguero mayor de la música cubana con las trincheras, los combates de Girón y la limpia de bandidos en el Escambray?
Esa fue mi primera sorpresa en una tarde reciente en la sala Rubén Martínez Villena de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Allí habría un encuentro entre integrantes de esa organización que combatieron en Girón y otro grupo de intelectuales que en sus obras han reflejado aquellos días heroicos. Y en primera fila, vestido impecablemente de blanco, se sentaba Pedrito, esta vez no para cantar ni poner a bailar a sus fans que somos casi todos, sino para recibir un sencillo homenaje de sus colegas.
A su lado un hombre asociado siempre con la palabra valiente y también con la de buen escritor luego de que rememorara en letra impresa sus años mozos en el Granma, la Sierra y, por supuesto, Girón donde combatió como un león al frente de un batallón de la policía, el General Efigenio Ameijeiras.
Los miembros de la UNEAC, que combatieron en Girón residentes hoy en La Habana, además de los nombrados son: Mario Martínez Viaña, Dervis Pastor Espinosa, Héctor Ochoa, Julio E. Simoneau Martínez, Ernesto Piñero, Jesús Cabrera y Orestes Martel.
Se les une Luis Marré, Germán Piniellla, Luis Méndez Morejón, Aramís Delgado, Perfecto Romero, José Loyola, Luis Chacón, Julio Blanco y Pedro Ariosa. La mayoría se unieron en abrazos y apretones de mano porque ¡cuántas veces durante 50 años no han recordado aquellos días! Algunos no pudieron asistir por diversas causas y he dejado a tres para el final, porque tuvieron una singular función esa tarde. Alberto Faya fue el maestro de ceremonia que le dio la palabra a Miguel Barnet, presidente de la UNEAC, para decir de una manera muy informal las palabras de bienvenida. Y luego el reconocido músico trató de repetir tardes y noches de trincheras, antes y después de Girón, cuando se llamaba a alguien para que dijera un poema o cantara una canción. Así, Carlos Padrón leyó tres excelentes piezas: una de Nicolás Guillén, otra de César López y la tercera de Virgilio Piñera.
Después, el propio Faya, guitarra en mano, cantó una bella canción para dar paso al escritor Eduardo Heras León que, antes de leer uno de sus singulares cuentos, comentó sobre las muy bien escogidas imágenes fílmicas que abrieron la ceremonia. “Veía esos tanques, los jóvenes que estábamos allí, y una palabra me viene a los labios: nostalgia”.
De Ernesto Fernández, emblemático fotógrafo, es la reproducción impresa para un futuro cuadro que llevará la firma de todos los artistas combatientes de Girón y que allí iniciaron la rúbrica de tan especial documento.
La tarde continuó ya en los jardines de la UNEAC entre recuerdos, planes que se cumplirán o no, ¡quién sabe!, sentimiento de pérdida por los que ya no están y la certeza de que medio siglo después de Girón, de aquella primera derrota del imperio del Norte, aquí estamos con los héroes de entonces y de ahora, y luchando para que en la celebración de la centuria la humanidad haya dejado esta etapa tan loca de guerras, desastres y se haya salvado a esa diminuta partícula del universo, la Tierra, nuestra casa que hoy está en peligro de extinción. Y si vencimos en Girón, ¿por qué vamos a ser derrotados ahora?
No hay comentarios:
Publicar un comentario