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martes, 30 de noviembre de 2010

El imperio quedó con las bolas al aire...


El mundo está sorprendido. Si bien todos sabemos, en cualquier rincón del planeta, que Estados Unidos practica una diplomacia basada en el espionaje ­no es el único, por cierto­, la información que ha difundido la página digital Wikileaks nos ha dejado sin respiración. Pero fundamentalmente se ha quedado sin oxígeno eso que los humanos llamamos libertad.

Hoy tenemos conocimiento de la existencia de más de 250 mil mensajes del Departamento de Estado de Estados Unidos, que exponen episodios inéditos ocurridos en los puntos más conflictivos del mundo.

Según El País de Madrid también contienen, esos 250 mil mensajes, muchos relatos sobre sucesos y datos de extrema relevancia que dejan al desnudo la política exterior de la Casa Blanca.

Es tan rica la filtración y por cierto multifacética, que se hace difícil determinar cuáles son los hechos más fundamentales, porque los mismos abarcan a todas las sociedades.

Lo que acabamos de conocer en estos días revela las instrucciones que el Departamento de Estado ha cursado a sus diplomáticos en Naciones Unidas y en algunos países para desarrollar una verdadera labor de espionaje sobre el secretario general de la ONU, sus principales oficinas y sus más delicadas misiones, informa El País, quien nos adelanta que hoy se conocerán las sospechas que Estados Unidos tiene sobre la salud mental de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner.

Estamos ante la mayor violación de los derechos humanos construida en forma global, que se haya realizado en la historia de la Humanidad. Y lo ha hecho un país que ha sido señalado desde hace muchas décadas, como el mayor promotor de las guerras y de la violación de la libertad por fuera de su territorio.

El grito histórico de "yanquis go home" de la izquierda latinoamericana, cobra otra vez fuerza y significado, en tanto la Casa Blanca y el Pentágono han quedado expuestos ante el mundo entero, por su política de dominación y espionaje mundial.

No son momentos estos de radicalización verbal, son horas en que las fuerzas de la paz, la dignidad humana y de la libertad, tienen que unirse y converger para aislar a esta potencia que anda por nuestras tierras violando nuestra intimidad y nuestros justos derechos.

Estados Unidos va a intentar desmentir todo lo informado, pero en estas primeras horas ya se muestra débil, hipócrita, dándole la espalda a los pensadores democráticos que lo fundaron.

La democracia ya está muy lejos de aquel país que enfrentó al fascismo. La ONU tiene la obligación de actuar con firmeza, serenidad, en defensa de la libertad de todos los pueblos, de todas las naciones. Por cierto que esto también es un tema de la Unasur y por cierto muy nuestro, de todos los partidos democráticos.

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