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domingo, 19 de septiembre de 2010

Suecia vota en las legislativas pendiente de un posible auge de la ultraderecha

Suecia acude hoy a las urnas bajo la sombra de la posible entrada de la ultraderecha en el Parlamento, como ya ha ocurrido en varios países europeos, entre ellos los vecinos escandinavos.

Demócratas de Suecia se quedó en los anteriores comicios generales de 2006 por debajo del 3%, si bien obtuvo amplia representación en municipios del sur del país, pero los sondeos de las últimas semanas lo colocan claramente por encima de la barrera mínima del 4%, y en algunos llega hasta el 7%.

Su papel en la campaña había sido discreto, debido al vacío que le hacen el resto de los partidos, hasta que el canal privado de televisión, TV4, decidió prohibir a finales de agosto un anuncio electoral suyo por racista, al considerar que violaba la ley por atacar a un grupo étnico minoritario, en este caso los musulmanes.

La noticia fue asumida con normalidad en Suecia, pero no en Dinamarca, donde el Partido Popular Danés y sus socios conservadores y liberales criticaron la "falta de libertad de expresión" y pidieron enviar observadores electorales a un país considerado precisamente uno de los más liberales y tolerantes del mundo.

Las acusaciones -comprensibles sólo dentro del contexto escandinavo y de las diferencias radicales a la hora de abordar la inmigración en ambos países- desataron una guerra a ambos lados del estrecho del Sund de la que se ha beneficiado la ultraderecha sueca.

Tanto el líder de la Alianza de centro-derecha, el primer ministro conservador Fredrik Reinfeldt, como la del bloque "rojiverde", la socialdemócrata Mona Sahlin, no se han movido sin embargo un ápice de su posición de no pactar con la ultraderecha, que ya practican a nivel local, y han insinuado la posibilidad de acuerdos puntuales entre los bloques.

Aunque la inmigración sigue siendo un asunto muy residual en la campaña electoral, Demócratas de Suecia ha logrado la atención que se le había negado, amplificada por las protestas que grupos de izquierda han promovido contra varios de sus mítines y que le permiten jugar el papel de mártir.

De ahí que este partido surgido en 1988 en torno a un núcleo neonazi, pero cuyos líderes han eliminado a los elementos radicales hasta adoptar una imagen más aceptable, tomando como referencia al Partido Popular Danés, se vea ahora por fin a las puertas del éxito.

Una campaña marcada por la economía

El empleo, los impuestos, los pensionistas y la mejora de los servicios sociales, la sanidad y la educación han sido los asuntos que dominaron la campaña para los comicios legislativos, regionales y municipales suecos del 19 de septiembre, marcada por la tranquilidad y la ausencia de escándalos.

Aunque Suecia ha sido uno de los primeros países de la Unión Europea (UE) en salir de la crisis, algunos de sus efectos se aprecian aún, como la elevada tasa de desempleo (8 por ciento), que afecta especialmente a los jóvenes con un índice de los más elevados de toda Europa.

Como es habitual en las campañas electorales en Suecia, y a diferencia de sus vecinos noruegos y sobre todo daneses, la inmigración no ha sido un asunto importante, ya que ninguno de los dos bloques defiende cambios sustanciales en ese área, donde este país escandinavo siempre ha destacado por su política aperturista.

Tampoco la convocatoria de un nuevo referendo sobre el euro ha aparecido en la campaña, aunque sí lo ha hecho la guerra de Afganistán, con el anuncio de la oposición de que retirará las tropas en 2013, mientras que la Alianza supedita la decisión a un consenso en el seno de la OTAN.

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