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martes, 18 de febrero de 2014

La policía detiene a un sospechoso de la matanza de los Alpes

La policía francesa ha detenido hoy a un sospechoso del cuádruple crimen de Chevaline, cometido en un aparcamiento de montaña cerca del lago de Annecy, en los Alpes franceses, el 5 de septiembre de 2012. El detenido es un hombre de 48 años, vecino de la región Alta Saboya, y según el fiscal que se ocupa del caso, Eric Maillaud, ha sido identificado gracias a los testimonios recogidos tras la difusión, en noviembre pasado, de un retrato robot de un motorista con un casco negro. El fiscal, que siempre pensó que el asesinato fue obra de más de una persona, ha dicho que podría haber más detenciones.
La matanza de Chevaline ha sido un enorme desafío para las policías francesa y británica durante cerca de año y medio. Los hechos sucedieron en un paraje idílico, a las puertas de un bosque y un lago, a plena luz del día. Un hombre, que según un testigo circulaba en una moto, disparó contra el BMW de una familia británica de origen iraquí residente en la periferia de Londres que se encontraba de vacaciones en la zona.
Tres miembros de la familia Al-Hili (el padre, Saad Al-Hili, un ingeniero aeroespacial de 50 años; su mujer Iqbal, también anglo-iraquí, de 47 años, y la madre de esta, de 77 años) murieron en el acto, mientras las dos hijas de la familia se salvaron. La mayor, Zainab, de 7 años, resultó herida de bala en un hombro y de un culatazo en la cara y tuvo que ser operada dos veces; la pequeña, Zeena, de 4 años, logró salir ilesa porque se escondió debajo del cuerpo de su madre. El cuarto fallecido fue Sylvain Mollier, un vecino que paseaba en bici por la zona y que no guardaba relación con los turistas.
La policía gala estableció desde el principio que el asesino actuó con “una brutalidad inusitada” y “absoluta determinación para matar”, y descubrió que el tirador usó un arma de coleccionista: una Luger P06 que utilizaba el ejército suizo en los años veinte y treinta. Este dato sugería que el asesino podría ser un tirador con experiencia y residente en esa zona fronteriza con Suiza. La identidad del arma fue determinada al 100% gracias a los 25 casquillos hallados en el lugar del crimen.
El informe policial afirmaba también que el asesino ejecutó su acción en apenas cuatro minutos, con una excepcional sangre fría. Según los investigadores, los disparos realizados contra el BMW atravesaron limpiamente las ventanillas del coche sin rozar apenas la carrocería. Las cuatro víctimas mortales fueron alcanzadas en la cabeza.

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