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jueves, 30 de enero de 2014

Los socialdemócratas alemanes obligan a Merkel a un giro social

La canciller Angela Merkel ha defendido este miércoles ante el pleno de la Cámara baja (Bundestag) el giro hacia la izquierda emprendido por su nueva coalición con los socialdemócratas del SPD. La líder democristiana (CDU/CSU) justificó la decisión de abrir la puerta a las jubilaciones con 63 para aquellos que hayan cotizado más de 45 años a los fondos de pensiones públicas. La medida, recogida en diciembre en el contrato de Gobierno tras varios meses de negociaciones, ha sido objeto de duras críticas de la patronal y del anterior canciller federal, el socialdemócrata Gerhard Schröder (1998-2005) que en su día retrasó la edad de jubilación de los 65 a los 67 años en Alemania.
La ley que permitirá la jubilación a los 63 salió este miércoles del Consejo de Ministros y está pendiente de aprobación parlamentaria el próximo mes de mayo. La reducción, de todas formas, tendrá un ámbito de aplicación limitado, ya que podrán beneficiarse de ella solo los nacidos antes de 1952. Unos 900.000 trabajadores se encuentran en esa franja de edad, según informa la agencia Reuters.
Merkel sigue convaleciente de su accidente de esquí en las vacaciones de navidad y se dirigió al pleno sentada en la tribuna. En el contexto de este giro social, la canciller sostuvo que “la humanidad de una sociedad se mide según el trato que dé a los débiles, sobre todo cuando son mayores y están enfermos". El proyecto de ley, que salió del ministerio de Trabajo ahora ocupado por la socialdemócrata Andrea Nahles, también contempla una mejora de las jubilaciones a las madres, así como nuevas prestaciones para las personas dependientes y para la rehabilitación, En total, el paquete tendrá un coste adicional de hasta 11.000 millones de euros anuales hasta 2030. Una vez superada la votación en el Bundestag, donde la coalición de Gobierno ocupa el 80% de los escaños, se espera que la ley entre en vigor en julio.
En su primer gran discurso parlamentario tras su toma de posesión en diciembre, Merkel defendió además la introducción del salario mínimo interprofesional de 8,50 euros por hora, una decisión impuesta por sus nuevos socios socialdemócratas. La canciller descartó que hagan falta subidas de impuestos para costear estas nuevas medidas. Aseguró que su flamante Ejecutivo tiene como brújula “la economía social de mercado”, que ha puesto a Alemania en la vanguardia de Europa al situar “a las personas en el centro de la importancia”. Dijo Merkel que “de la flexibilización de los mercados laborales, que fue inevitable, surgieron sin embargo posibilidades de abuso que la gran coalición se esforzará en eliminar”.
Merkel no da por superada la crisis de la deuda. La canciller defendió que la austeridad presupuestaria debe ir acompañada de una regulación más estricta del sector financiero. Habló Merkel de “excesos irresponsables en los mercados” como causa de la crisis y asumió uno de los lemas de la campaña electoral socialdemócrata: “El que arriesgue su dinero”, dijo, “cargará con las consecuencias y ya no el erario público financiado por los impuestos”. Según cálculos recientes del Fondo Monetario Internacional, (FMI) el contribuyente alemán ha movilizado unos 290.000 millones de euros en salvar a sus bancos desde que comenzó la crisis financiera en 2007.
Aseguró Merkel en el Bundestag que la crisis europea sigue latente y que solo está, “en el mejor de los casos, controlada". Advirtió Merkel a los diputados de que “no debemos fiarnos de la engañosa tranquilidad actual”. Para el futuro de Europa, señaló que “en una unión fiscal no habrá otra salida que unir los lazos” financieros entre los socios. Esto puede leerse como una advertencia contra las voces de sirena del nuevo partido euroescéptico AFD, al que los sondeos dan un 7% de intención de voto en las europeas de esta primavera.
Otro de los temas clave de su discurso fue la transición energética hacia las fuentes de energía renovable en Alemania: “El mundo mira a Alemania con curiosidad y gran interés por este reto, que es único en el mundo”. Dijo Merkel estar “convencida de que, si alguien puede llevarlo a cabo con éxito, esa es Alemania”. El paso de la energía nuclear a las renovables será “una tarea hercúlea en la que todos: personas, municipios y regiones deberán esforzarse. Su logro será un nuevo ejemplo de economía social de mercado”.
El líder parlamentario de La Izquierda (Die Linke), que con la Gran Coalición se ha convertido en el primer Grupo de la oposición, criticó un discurso que a su entender “no guarda relación con la realidad”. Las mejoras en las pensiones no son, para su partido, suficientes. Die Linke, que tiene buena parte de su electorado en los territorios de la antigua República Democrática Alemana (RDA), acusó al Gobierno de perpetuar las diferencias ente las prestaciones sociales que perciben los habitantes del Este y los del Oeste.

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