Al menos 23 de los 100 presos de Guantánamo que están en huelga de hambre para protestar por sus condiciones de reclusión están siendo alimentados a la fuerza por los responsables del centro de detención que EEUU tiene en su base en la isla de Cuba, según ha informado la cadena CBS.
Según la cadena, esta semana han llegado hasta Guantánamo 40 médicos y enfermeros como refuerzo ante el aumento de los reclusos en huelga de hambre,
que ya suponen casi dos tercios de los 166 que permanecen en dicha
prisión. De los 100 que secundan la protesta, 23 están siendo
alimentados mediante sondas nasogástricas para evitar su muerte, algo
que la ONU ha calificado de «inaceptable».

«Todo
forma parte de una frustración más amplia de unos hombres que llevan
detenidos sin cargos durante once años y medio, a los que el presidente
[Barack] Obama prometió que la prisión sería cerrada en un año, que
saben que 86 de sus compañeros de celdas han sido autorizados a
marcharse y que todavía no saben cuándo, si es que llega, van a regresar
a casa», ha ilustrado la abogada.
Durante sus dos primeros años
en el cargo, la Administración Obama puso en libertad a 71 presos, de
los 40 fueron repatriados a 17 terceros países. En 2010, el Departamento
de Justicia elaboró un listado con los reclusos que podían ser
liberados, la mayoría de ellos yemeníes, pero Obama prohibió los
traslados a Yemen en 2010 tras registrarse «varios complots terroristas»
en este país. En la actualidad, de los 166 presos que hay al menos 84
son yemeníes.
Departamento de Estado
Tras esos dos
primeros años las liberaciones cesaron y en enero de este año la
Administración eliminó el cargo de enviado del Departamento de Estado
encargado de las repatriaciones, algo que podría cambiar según ha
revelado este miércoles la Casa Blanca.
«Una de las opciones
disponibles para nosotros que estamos examinando es volver a designar a
un responsable en el Departamento de Estado que vuelva a centrarse en la
repatriación o traslado de los detenidos que determinemos que pueden
ser devueltos a sus países o a terceros países», ha explicado el
portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.
Asimismo, según el
portavoz, la Administración también quiere acelerar el proceso de
revisión de los casos de los detenidos, la mayoría de los cuales no
conocen los cargos por los que se encuentran recluidos.
Según
Carney, el Congreso es responsable de haber complicado el cierre del
centro de detención, ya que los congresistas han retenido los fondos que
habrían permitido al Gobierno trasladar a los detenidos a prisiones en
territorio estadounidense.
«Tenemos que trabajar con el Congreso e
intentar convencer a los miembros del Congreso de que el principal
interés aquí, en términos de nuestra seguridad nacional, así como de
nuestro presupuesto, es cerrar Guantánamo», ha defendido el portavoz de
Obama, quien el martes aseguró que hará nuevos esfuerzos para cumplir
con su promesa de cerrar este centro de detención.
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