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domingo, 12 de febrero de 2012

"El Estado de la Educación en Uruguay" - Colaboración Inés Vera - Uruguay

Evidentemente los avances contribuyen positivamente en las nuevas generaciones, cuentan con más información y opciones de las que nosotros podríamos soñar, tienen cientos de oportunidades en todos los ámbitos, en nuestro país por ejemplo se han dado los primeros pasos para edificar universidades y facultades en el interior del país, algunas ya en pleno funcionamiento, permitiendo así el acercamiento de las instituciones a todos por igual, el aprendizaje a distancia con la nueva tecnología, el acceso a la educación privada por intermedio de becas, el régimen de pasantes en empresas públicas y privadas, todas las actividades complementarias en escuelas y colegios: idiomas ,deportes ,intercambios ,etc.
Se diría que rebozan de oportunidades, sin embargo los índices marcan lo contrario, lamentablemente la motivación parece ser la causante, ésta, brilla por su ausencia, la maquinaria está en marcha pero son pocos los que se mantienen firmes en sus ideales.
En nuestros tiempos la educación era un faro que hacía su llamado y al que mayormente todos acudíamos, por supuesto los había remolones, de todas formas el concepto de enseñanza era positivo y atractivo para la mayoría y perduraba en todos nosotros aún avanzado el bachillerato, algo que hoy día a cambiado a pasos siniestros, el porcentaje de deserción antes del tercer año es altísimo.
Ese deseo de conocimiento y el tránsito natural del aprendizaje debe ser cimentado desde la más tierna infancia, aventurémonos a pensar que Aristóteles tenía razón en aquello de que “el hombre es una tabla rasa”, concepto hábilmente popularizado por Locke, volquemos entonces luz y sabiduría en ella, hagámosla provechosa para beneficio de todos.
En los padres y docentes está fijar en el niño la ambición del conocimiento, hoy poseemos una variedad infinita de medios para hacerlo posible, aunque los viejos métodos parecen ser los mejores, Francis Bacon decía que “la lectura produce personas completas, la conversación, personas dispuestas, y la escritura, personas precisas”.
Algunos sostienen que niños y jóvenes hoy día leen y escriben mas, el acceso a internet permite esto, mensajes de texto, chat, páginas web, muros de facebook facilitan el desarrollo, se afirma que la lectoescritura es una herramienta de uso frecuente que prepara, entrena y posibilita fácilmente a usos más complejos.
Sus detractores en cambio opinan que estos escenarios privilegian la imagen y la baja calidad de los contenidos.
En su libro Michêle Petit habla de los beneficios de la lectura, el título de este es: “El Arte de la Lectura en tiempos difíciles”, en el comenta que en cada lector hay una búsqueda, un secreto, nuevas emociones, el encuentro con textos que nos sorprenden, las necesidades y los gustos van cambiando a lo largo de la vida pero para tener esa actitud debemos haber tenido un primer contacto revelador y una interacción interesante con el mediador.
La madre que cuenta una historia o canta una canción introduce al niño en algo externo, lo ayuda a desarrollar la imaginación y le genera la posibilidad de un pensamiento independiente.
Es así que permite tender puentes a la objetividad y subjetividad.
Ese niño es una fuente incontaminada de energía renovable, es el caudal de progreso de todas las sociedades, el individuo como tal no debe, no puede perder esta oportunidad, y a eso entiendo yo se refería Varela. Por ese derecho luchó y trato de quitarle el velo a aquellos que se encontraban, en ocasiones, en la más completa ignorancia, privados de la oportunidad de beber un poco para luego sentir la sed del conocimiento, la curiosidad innata por el saber. Nuestro deber es generar conciencias sobre el estímulo y la motivación del niño, dejando de lado la violencia como medio para el aprendizaje y la religión y sus fundamentos como soporte indiscutido, y obtener así, el derecho de todos a una educación libre y digna.
Hoy en día lo tenemos todo para una mejor absorción de ese conocimiento, vivimos en una época en que los cambios operan día a día, se habla por ejemplo de inteligencia emocional, Daniel Coleman vaticina en su libro “Punto Ciego”, escrito en 1997, que en décadas venideras “las sociedades modernas y desarrolladas ampliarán las competencias de los colegios para que incorporen la educación emocional”.
Habrá un día en el que todos los niños y niñas aprenderán en la escuela, junto con los tradicionales rudimentos académicos, estas artes pragmáticas para vivir mejor. En los programas escolares la empatía se valorará tanto como el álgebra”.
Richard Dawkins en su obra “Escalando el monte improbable”, de 1998, sostiene que “a lo largo del siglo XXI el viejo problema filosófico de la relación mente-cuerpo será resuelto, y no por filósofos, sino por científicos”.
Daniel Dennett en su ensayo: La peligrosidad de Darwin: evolución y sentido de la vida, de 1995, dice que “el campo de la salud pública será ampliado para incluir en él la salud cultural, este será el reto mayor de este siglo”.
Todos ellos y muchos más creen en el crecimiento y fortalecimiento del conocimiento humano con el aporte de nuevos métodos y herramientas, se habla de ciencia noética que investiga la naturaleza y el potencial de la conciencia por intermedio de los sentimientos, la razón, la intuición y los sentidos y el relacionamiento de estos con el mundo físico.
Diariamente nos enteramos de avances tecnológicos que nos dejan boquiabiertos, como podrían ser los implantes de amplificadores en el cuerpo que hacen que nuestra visión sea más precisa y nuestra audición más aguda, celulares que responden a nuestros movimientos faciales y correcciones de genes incorrectos en pacientes vivos introduciendo moléculas de ADN con células somáticas, y la lista sigue, ¿pero cuáles son las verdaderas claves del éxito? , ¿Cuántas lumbreras tuvieron que recorrer el tortuoso camino para que hoy nos cubriera una montaña de información y progreso al alcance de la mano? Las mentes más iluminadas nos abrieron el camino, hoy algunos de nosotros nos cuestionamos donde está el límite, hasta donde piensa llegar el ser humano en su deseo de progreso y si todo lo que ambicionamos es moralmente correcto.
Varela continúa vigente hasta nuestros días porque abrió una brecha, la cual en cierta forma, nos unió y equiparó al resto del mundo, tuvo la visión de un Uruguay mejor, más preparado y a tono con los tiempos que corrían. En esos momentos no se hablaba de globalización pero quién se atrevería a decir que el no dio algunos pasos a su favor, permitió que aquellos uruguayos de antaño tuvieran un conocimiento más amplio de su entorno cultivando así la imaginación y la voluntad de desarrollo en cada uno de ellos.
En resumen la educación como tal, prácticamente no existía, la colonización española no presto mayormente atención a los asuntos educacionales, algo que no podría ser de otra forma siendo la mayoría de los colonos que llegaban a nuestras costas analfabetos; las luchas constantes en la región tampoco permitieron cimentar la semilla del saber, solo conquistando la independencia se lograría el clima propicio para fomentar dicha educación, existieron variados intentos de parte de Dámaso Larrañaga y la Sociedad Lancasteriana dignos de elogio .
En 1855 un informe de José S. Palomeque desprende resultados lamentables sobre el estado de la educación, contábamos con 31 escuelas en Montevideo y 48 en el interior, prácticamente no había útiles ni personal, pese a la situación, se respiraba la inquietud de contar con un sistema educacional diferente. Es sabido que el problema en si no radicaba en las autoridades, las que, mayormente, nunca se negaron a la instrucción en masa, los problemas eran otros, carencia de paz y prosperidad para asentarse en bases sólidas.
Varela con tesón logro colocar la piedra angular de esta compleja empresa respaldada por la Ley de Educación Común de 1877, propagandista incansable de los beneficios que aportaría la educación a la sociedad movió los engranajes de un mecanismo que hasta hoy, nos asombra y nos hace sentir orgullosos de nuestro sistema educativo con todos los altibajos que este pueda tener, de esta forma dejo una escalera tendida para todos aquellos que quisieran escalarla.
Nos dio las armas para resistir inteligentemente a los embates de los movimientos sociales, ponerle freno con conocimiento de causa al despotismo político y lograr el alcance de la libertad ilustrada, no pasional e irrisoria.
Fue pionero en cuanto a sus opiniones sobre la mujer y le tendió una mano para incrementar sus derechos y así equipararse a los hombres, algo impensable para la época pero totalmente lógico en la actualidad, donde buena parte de los países democráticos se plantean la participación igualitaria de las mujeres en el proceso político lo que modificará de raíz el carácter mismo de la política configurando así un paso al equilibrio.
Las normas morales del aseo, comportamiento y vestimenta tan comunes hoy en día, no eran comunes en aquel entonces y hubo que incorporarlas a la normativa. Todos estos avances y muchos más los dirigió especialmente a los jóvenes, de quien todo esperaba por ser vigorosos, entusiastas, liberales, emprendedores y a quienes reconocía como embajadores de las más grandes empresas.
Varela dijo que “educar a los hombres de hoy es formar a los hombres del mañana”. He aquí nos encontramos, nosotros “hombres del mañana” luchando por reconocer el camino del conocimiento para el bien y por el bien mismo, con honestidad, algunos midiendo las connotaciones que podría tener dicho conocimiento en manos equivocadas, o por lo menos tratando de evitar el mal uso de los recursos.
Quiero suponer que si Einstein hubiera tenido plena conciencia de antemano de la magnitud de las repercusiones de su descubrimiento se lo hubiera pensado dos veces. De todas formas el conocimiento es una herramienta y está en las manos de quien la use.
Difícil tarea la de los educadores que deben discernir el modo y la forma de transmitir conocimiento, más allá del camino que les plantea el programa educativo de turno. Que genera en Uruguay la crisis que vive la literatura en la Enseñanza Secundaria? , ineficaz para formar lectores y agotando recursos en el análisis de texto; tarea difícil si las hay la de mantener al alumno interesado en obtener buenos resultados y concluir en que realmente se haga realidad el pensamiento vareliano de que “la ilustración del pueblo es la verdadera locomotora del progreso”.
Que osado fue Varela al decirle a la sociedad que todo esperaba de la revolución, que esta nos llevaría a la contra-revolución la cual no concluiría en otra cosa que en la anarquía, el desorden administrativo, el descredito ante el resto del mundo, etc. Trato de forjar en sus mentes el ideal de una nación educada, en vías de crecimiento con un buen gobierno, acorde a la situación y mostrar por otro lado un pueblo ignorante y pobre con la conducción de un déspota.
Cuanto tiempo tuvo que pasar para que se produjera el pasaje que anhelaba Sarmiento de la barbarie a la civilización.
Que realidad más actual que la que contempla el reconocimiento de los valores inculcados por intermedio de la enseñanza, los que por sí solos no harían mella, acaso los docentes de hoy no piden a los padres que refuercen los conocimientos que ellos imparten ya que no basta con unas horas al día para generar en el niño una amplitud de conocimiento que solo el apoyo de un adulto conocedor de los medios de mejor entendimiento de ese niño y la constancia propia del padre que desea lo mejor para su hijo. De todas formas algo que prima en algunos padres parece caer en balde roto en otros, en ocasiones no por elección sino por necesidad, o espejismo de necesidad creado por una sociedad cada vez mas consumista, que no encuentra tiempo de calidad para dedicar a sus hijos y que muere en el intento de: ¿Cómo te fue hoy? , ¿Qué hicieron en la escuela? Conformándose con una breve reseña e ignorando el vacío que va generando esta conducta. El tiempo no vuelve y el momento de sentarse, prestar atención y transmitir la imagen de guía que debería representar ese padre es ahora. Pero las actividades diarias nos van aletargando y lo que por momentos toma conciencia al pasar los años se vuelve una letanía y al final nos conformamos con pensar que hicimos lo correcto por anteponer el confort de cosas que, mayormente pasarán como algo insignificante en la historia de nuestras vidas, como la mayoría de los objetos, esos por los cuales nos sacrificamos tanto, dedicamos horas de trabajo en pro de conseguirlos y así, mientras miramos nuestro televisor de última generación y nuestros hijos juegan en la computadora, nos vamos distanciando y abriendo una brecha insalvable.
Como saber qué postura tomar sobre que carga horaria educativa corresponde, a cuantos padres escuchamos sintiéndose culpables por dejar a sus hijos de nueve a diez horas en colegios que ofrecen múltiples ofertas educacionales que los prepararán para un futuro incierto y cambiante, situación que algunos niños viven como rehenes, sintiendo la presión continua de un creciente stress, que a veces desencadena en tratamientos con profesionales, disconformidad, mal comportamiento, etc.
Pero mayormente esto sucede en áreas privadas en las que el nivel adquisitivo de los padres es otro.
En el ámbito público sentimos el cimbronazo de los requerimientos inmediatos, en algunos locales faltan desde materiales hasta muebles.
La otra cara de la moneda es la carencia de preparación en el área pública y con qué aprendizaje llegan a los niveles terciarios los futuros profesores y maestros de este país, la mayoría no posee la subjetividad necesaria que se requiere, su mundo cultural limitado, no llega a estructurar oralmente un discurso inteligente ya que antepone muletillas, ejemplo: o sea, este…digo…, ni hablar de las faltas ortográficas. Difícilmente esta generación pueda cumplir con los requerimientos del mañana.
La Ley de Educación creó un Instituto que se encarga de evaluar la calidad educativa de nuestro país en los niveles primario y medio y de rendir cuentas, las autoridades de la enseñanza miran con malos ojos esta evaluación, que permitiría una transparencia que nos tranquilizaría a todos, porque aún siendo malos los resultados, sabríamos como plantarnos y enfocar el largo camino de la reforma educativa y aspirar a un país alerta ante los cambios económicos y sociales que se suceden continuamente.
En las últimas pruebas Pisa Uruguay se ubica en el lugar cuarenta y tres de cincuenta y seis en lectura, matemáticas y ciencias; este resultado habla por sí solo de una verdad que ya es inocultable.
Los requerimientos de empleadores se renuevan constantemente, como nuestros jóvenes le harán frente a esos requerimientos de mercados exigentes cuando se encuentren con ese muro de mediocridad y exclusión al cual ya están adaptados, está y otras preguntas nos las hacemos a diario, es un tema que da para mucho y por lo extenso del mismo lo seguiremos tratando en una próxima entrega.
Inés Vera.

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