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miércoles, 11 de enero de 2012

Bicicine: ocio, deporte y producción de energía eléctrica

Si más de uno se sorprendió por la idea de los gimnasios verdes neoyorquinos, en los que se aprovecha la energía cinética generada en las clases de spinning para producir electricidad, aún le sorprenderá más la idea que ha tenido el cine Pasaka de Vílnius (Lituania).

El “Pasaka” (que en lituano significa "cuento de hadas") es una sala atípica que ofrece la posibilidad de ver la película de forma gratuita al público que pedalee durante la proyección. Los cerca de 400 vatios producidos por 20 personas alimentan al equipo de la sala y el proyector funciona exclusivamente con la energía eléctrica que generan.

Optar por el “bicicine” obviamente es más cansado que ver una película de forma convencional, pero como contrapartida permite practicar deporte y producir electricidad de forma sostenible mientras se goza de un buen largometraje de forma gratuita. Aunque pueda parecer una idea relativamente nueva, ya hace tiempo que varios gimnasios incluyen pantallas de televisión en sus salas para tratar de ofrecer un servicio de valor añadido a sus clientes y hacerles más placentera la práctica del deporte. Quizás algunos de ellos pronto imiten la oferta lituana e incluyan películas en los monitores de las bicis estáticas.

Dos empresas londinenses, Magnificient Revolution y Electric Pedals, también apuestan por transformar la energía cinética de las bicis en energía eléctrica y organizan talleres y conferencias sobre estos microgeneradores. Este último invierno, Electric Pedals iluminó un árbol de Navidad en Hyde Park gracias a la energía eléctrica generada por varios voluntarios y, como el Cine Pasaka, proyectó la película "The Age of Stupid" basándose en el "bicicine".

Los varios ejemplos examinados ponen de manifiesto que la energía cinética es una fuente energética limpia y de costes muy bajos que ofrece muchas posibilidades para un amplio abanico de instituciones y empresas, tanto del sector público como privado. Además, reflejan el interés ciudadano por participar activamente en la preservación del medio ambiente y por probar nuevos productos y servicios que fusionan conceptos. ¿Si la medida se implanta en nuetro país, se animan a ir al “bicicine” los domingos por la tarde?

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