Acusando a los gitanos de todo, desde delitos menores a la basura en
las calles, miles de simpatizantes del partido opositor ultraderechista
Jobbik marcharon este miércoles en Miskolc, una ciudad del este de
Hungría.
Miskolc, la segunda ciudad húngara con más gitanos autóctonos, acogió
simultáneamente una contramanifestación en contra de lo que los
participantes calificaron de los típicos comentarios racistas de la
ultraderecha mientras la policía mantenía separadas a los dos grupos
para evitar incidentes graves.
"Jobbik ayudará a quienes construyen Hungría, sin importar su color",
declaró el presidente del partido, Gabor Vona, a los 3.000 seguidores
que le escuchaban. "¡Pero iremos contra aquellos que destruyen y no les
dejaremos existir!".
La protesta pone de relieve las crecientes tensiones en Hungría,
sumida en una recesión. El Gobierno conservador, que ha solicitado ayuda
financiera al Fondo Monetario Internacional (FMI) y a la Unión Europea,
ha anunciado impopulares medidas de austeridad para reducir el déficit
fiscal.
"No puedo seguir viviendo aquí de esta manera", declaró el manifestante proJobbik Tamas Kormendi, un parado de 25 años.
Jobbik, que tiene 45 de los 386 escaños del Parlamento, ha
capitalizado el rechazo público contra los cerca de 700.000 gitanos
húngaros, a los que ha vilipendiado durante años.
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