El proyecto de ley de despenalización del aborto,
votado y aprobado en el Senado este miércoles ha despertado desde su
concepción las más diversas opiniones en Uruguay. Aquellos resultados de
empresas encuestadoras que mostraban un país dividido –a favor o en
contra de dicha intención- han tenido su relación directa en
organizaciones sociales o religiosas, en grupos políticos y obviamente,
en la propia calle donde hombres y mujeres fundamentan sus pensamientos.
Mientras una periodista, apenas conocida la aprobación, dice desde el
exterior "la sana envidia que nos da Uruguay", Romina entiende desde
Montevideo que "aún le falta mucho pero es un primer gran paso". Marcelo
está en contra, y entiende que el miércoles "fue un día funesto para Uruguay, porque se legalizó el asesinato de quienes ni siquiera pueden defenderse".
El senador Jorge Larrañaga (Partido Nacional) anunció que en caso de
ser presidente derogará la ley "centralista e impracticable", y su
colega Tabaré Viera (Partido Colorado) dijo que "se somete a las mujeres
a una verdadera humillación al enfrentarlas a un tribunal". El debate deja de ser solamente político y se traslada a las redes sociales,
donde el mínimo comentario da objeto a la confrontación de ideas.
Romina no está de acuerdo con el hecho de enfrentarse a un tribunal "y
que te mande a pensar 5 días", mientras que Micaela –también en contra-
opina que "además de matar tantos niños se le destruye la vida a las
mujeres, es lo más injusto".
Patricia es madre de dos niñas, tiene 35 años y opina que muchas
opiniones son "hipócritas", pues "el aborto existe desde siempre". Está
en contra de aquellos que opinan sobre la vida, "cuando no se tiene en
cuenta la salud de la mujer ni el riesgo que corre. La mujer puede
decidir qué hacer con su cuerpo ¿no?". Otras opiniones consultadas por
ELMUNDO.es citan la ley como "un gran paso dado en nuestro país" o "algo de justicia para un tema que no la tenía".
Susana es montevideana y opina sobre el trasfondo de los abortos, una
'industria' que en Uruguay involucra a miles de mujeres, clínicas
clandestinas, cientos de miles de dólares y muchas muertes. "Todos
sabemos que aquí se practicaron abortos toda la vida, y muerde su buena
tajada mucha gente con las clínicas clandestinas, además del riesgo de
vida que corre la gente que allí acude".
Luis acompaña su pensamiento, "hay que dejar los moralismos de lado.
Yo tengo 35 años y desde chico siento que en mi casa se habla del
aborto, que se sabe dónde se hacen, cuánto cuesta, y demás detalles.
Muchas mujeres mueren allí, al menos ahora se les prestará un poco de
verdadera atención médica".
Inmediatamente tras la aprobación, todas las miradas se centraron en
aquellos movimientos que bregaron desde un principio en torno al tema,
ya sea a favor o en contra. La Coordinadora para el Aborto Legal fue una
de estas, y expresó en un comunicado que "despenalizar es eliminar la
calificación como delito de una acción o conducta anteriormente prevista
en la ley penal".
En la vereda opuesta se encuentra Monseñor Heriberto Bodeant de la
Conferencia Episcopal del Uruguay. El representante católico opina que "esta ley es algo que va contra la vida,
va contra esa vida humana que ha comenzado desde su concepción y que
mantiene una continuidad de crecimiento, desde ese instante que se
inicia hasta su término. A las 12 semanas está conformado el corazón que
latirá hasta el fin de su existencia>.
También opinó la representante de Mujer y Salud en Uruguay, Martha
Aguñin. Observa que "no están conformados los equipos como para que esto
se pueda cumplir en los plazos determinados, la ley establece que es
hasta las doce semanas de gestación. Quiere decir que si una mujer no
acude inmediatamente, como suele suceder, que detecta que está con un
embarazo, tiene que ir primero al médico, luego comparecer ante un
tribunal, luego cinco días para reflexionar, el plazo empieza a correr y
quién te garantiza que esos servicios estén ya establecidos como para
que una cosa que hay que solucionar en plazos muy perentorios se pueda
llevar a cabo".
Una voz contraria al proyecto que ya es ley es la de Ernesto
Martínez, una de las caras visibles de la Mesa Coordinadora Nacional por
la Vida. "Estamos en defensa del más básico de los derechos humanos, el derecho a la vida.
Denunciamos que la ley del aborto es antidemocrática, que no fueron
escuchadas las organizaciones pro vida en la Comisión de Salud. Se votó
sin atender las verdaderas necesidades de la mujer embarazada. No es el
aborto la solución, le estamos quitando la vida a un ser humano
inocente>.
En las puertas del Senado, otras voces se alzaron contra la
aprobación. Antonella se aferra a la polémica y está en contra. "No
somos de ningún partido político ni religión, se atenta contra la vida
humana. Antes de las 12 semanas ya hay vida, obviamente estamos en
contra". A su lado asiente Inés. "Hay vida, no hay que pensar en estar
en contra o a favor del aborto. Es un derecho humano y hay que
respetarlo como tal". Muchos a favor, muchos en contra, dividen al país.
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