El jefe de las fuerzas de ocupación de las Naciones Unidas en Haití
declaró que la MINUSTAH permanecerá cuatro años más en el país. Este 15
de octubre se vencía su mandato y, a pesar de que los movimientos
sociales haitianos rechazan la presencia de este ejército multinacional
involucrado en graves hechos.
“El Colectivo de Movilización para la indemnización de las víctimas de cólera” realizó una sentada frente a la base logística de la MINUSTAH (Mission des Nations Unies pour la stabilisation en Haïti) para exigir la salida de las fuerzas de ocupación y la indemnización de las víctimas del cólera. Aquí puedes ver el vídeo de la protesta realizada el 15 de octubre en Puerto Príncipe (AlterPresse): http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=s08jO1NBpn4
“El Colectivo de Movilización para la indemnización de las víctimas de cólera” realizó una sentada frente a la base logística de la MINUSTAH (Mission des Nations Unies pour la stabilisation en Haïti) para exigir la salida de las fuerzas de ocupación y la indemnización de las víctimas del cólera. Aquí puedes ver el vídeo de la protesta realizada el 15 de octubre en Puerto Príncipe (AlterPresse): http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=s08jO1NBpn4
Durante la protesta, fueron agredidos Jean Henry Claudy, miembro de
la organización "Chandel", que forma parte del Colectivo, y el
periodista y fotógrafo haitiano Olrich James. Un policía estadounidense
decomisó el equipo de James. El periodista recuperó su material de
trabajo más tarde gracias a la intervención de miembros del Colectivo.
Este 15 de octubre finalizaba el mandato de la ONU que autoriza la ocupación de Haití.
Sin embargo, el Consejo de Seguridad anunció que prolongaría por un año
más la permanencia de la fuerza multilateral en Haití. El Secretario
General recomendó mantener la fuerza de ocupación 5 años más y el jefe
de la Minustah anunció que la misma permanecerá al menos 4 años más.
El cólera: ¿Nueva ofensiva de la Minustah?
En el año 2010, Associated Press y Al Jazeera constataron que luego de un recrudecimiento de cólera en Nepal, soldados procedentes de ese país llegaron a la base de la de Minustah en Mirebalais. Las agencias corroboraron in situ que las letrinas de la base tenían un escape de materia fecal y que estaban ubicadas cerca del río Meille, afluente del río Artibonite. En esta región se inició el brote de cólera en Haití. El mismo año, el Centro de Prevención y Control de Enfermedades
de Estados Unidos concluyó que la cepa de la bacteria que causó el
brote de cólera en Haití coincide con la variedad endémica en Asia
meridional.
La ONU estima que la epidemia, que aún persiste, ha
causado 7.440 muertes y unos 580.000 infectados hasta julio de 2012. En
mayo de 2012, The Economist estimó que el presupuesto anual de funcionamiento de la Minustah, que asciende a 800 millones de dólares,
“podría ser suficiente para renovar la decrépita infraestructura
hídrica del país. Eso podría haber evitado la epidemia del cólera”.
Cuestionado sobre la implicación de la Minustah en la introducción de
la epidemia de cólera en Haití, el jefe de las fuerzas de ocupación, Mariano Fernández Amunategui, declaró que su ejército trabaja con los ministerios de la salud de Haití y República Dominicana para desarrollar una ofensiva contra el cólera.
No agregó detalles sobre su participación en dicha ofensiva y tampoco
se pronunció sobre la vinculación de las deterioradas letrinas del
destacamento nepalés en la introducción del cólera en el 2010.
De
manera reiterada, organizaciones de derechos humanos han denunciado la
implicación de soldados de las fuerza de ocupación en abusos a menores,
torturas y humillaciones a la población civil haitiana. El portal “Encuentro Norte Sur” denunció
que la Minustah “mostró su verdadero rostro luego del terremoto del año
2010, cuando permitió con docilidad el ingreso de 22.000 soldados de
Estados Unidos que tomaron el control de todo el país y sus centros
neurálgicos”.
La misma fuente afirma que “el pueblo haitiano no
necesita soldados y armas extranjeras. Necesita la solidaridad de
nuestros países, expresada en alimentos, medicamentos y misiones de
ayuda sanitaria, de ingeniería, educativa y humanitaria, dispuestas a
trabajar codo a codo con ese pueblo, en apoyo de sus planes y
propuestas. Eso no llegará de la mano de tropas militares”.
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