El caso de violación grupal de una turista extranjera, este fin de semana,
golpeó los esfuerzos de las autoridades para transmitir una imagen
positiva de Río de Janeiro a los visitantes esperados para las grandes
citas deportivas que recibirá la ciudad, como el Mundial de Brasil 2014 y
los Juegos Olímpicos de 2016.
El caso que conmocionó a Brasil ocurrió en la madrugada del domingo, cuando la mujer y su pareja se desplazaban de Copacabana al histórico barrio de Lapa -centro de la vida bohemia carioca- a bordo de una camioneta de transporte público.
A medio camino, el chófer y uno de los "pasajeros" del vehículo anunciaron un asalto, expulsaron de la camioneta a los demás pasajeros
y se tomaron como rehenes a la muchacha extranjera y a su compañero y
se dirigieron a la vecina ciudad de Sao Gonçalo, donde un tercer
delincuente se sumó al grupo.
A partir de ahí, la pareja vivió más de seis horas de terror.
El turista fue golpeado con un trozo de hierro por los delincuentes,
que pasaron a violar a su compañera. Ambos fueron además obligados a
entregar sus tarjetas bancarias para abastecer de combustible a la
camioneta y hacer compras.
La pesadilla terminó en la mañana del domingo, cuando los dos extranjeros fueron abandonados en una carretera vecina a Río,
desde donde buscaron ayuda en el consulado de su país, antes de
regresar a casa, en la noche de este domingo, según la policía local.
Dos de los delincuentes fueron capturados en la
noche de este mismo domingo, gracias a las imágenes registradas por las
cámaras de vigilancia de los lugares por donde pasaron. La policía
identificó al tercer agresor y logró arrestarlo horas después.
Pese a la rapidez de la acción policial, el caso -similar a los registrados en India y en el balneario mexicano de Acapulco
en los últimos meses- agudizó la sensación de inseguridad en Río, que
desde hace cinco años es escenario de un novedoso programa de combate a
la criminalidad, basado en la ocupación de favelas controladas por
narcotraficantes.
Medidas preventivas
El programa Unidad de Policía Pacificadora (UPP)
logró expulsar a las bandas de crimen organizado de 30 de las más de 500
favelas cariocas, casi todas ubicadas en áreas vecinas a lugares que
recibirán -o por dónde pasarán- los visitantes durante el Mundial y los
Juegos Olímpicos.
Esta política, que benefició a alrededor de un millón de personas en
las comunidades que recibieron las UPPs- también se reflejó en un descenso en los índices de criminalidad de Río, que en el pasado estaban entre los más elevados del planeta.
Según el estatal Instituto de Seguridad Pública (ISP), entre enero y
octubre del año pasado el total de asesinatos alcanzó su menor nivel en
21 años, al registrarse 3.342 casos, frente a los 3.595 del mismo
período de 2011.
Pese a los avances, el caso del último fin de semana dejó en claro que Río sigue lejos de ser una ciudad segura,
máxime porque las investigaciones policiales indicaron que la turista
extranjera -cuya nacionalidad no fue divulgada- no fue la primera
víctima de la banda de asaltantes y violadores.
Desde la divulgación de las imágenes de los dos delincuentes detenidos, una mujer brasileña se presentó a la policía para confirmar que también había sido violada por el grupo,
mientras que otras personas reconocieron a los criminales como los
autores de asaltos que sufrieron, también a bordo de la misma camioneta
utilizada por los dos turistas.