La soberanía de Cataluña dejó paso ayer al euskera en el guión de la precampaña vasca. Bildu
lo hizo posible intencionadamente desde su equipo de gobierno en la
Diputación de Gipuzkoa al vetar a aquellas empresas que no garanticen el
uso de la lengua vasca en los concursos público de esta institución
foral. Esta ideológica apuesta lingüística arma, de inmediato, los
temores de formaciones como PSE y PP que ven así un ensayo del futuro
escenario de mayoría nacionalista tras el 21-O. Rodolfo Ares,
de momento, encendió la alarma al presentar la campaña socialista y el
delegado del Gobierno en Euskadi, Carlos Urquijo, advirtió a Martin Garitano de que “no permitirá discriminaciones por razón del idioma”.
Bildu sostiene que es consecuente con su política al priorizar el
euskera porque es un idioma tan oficial como el castellano que no
dispone de las mismas oportunidades. Enfrente, partidos como PSE, PP y
EB recelan de esta voluntad ya que ven un riesgo de sectarismo en la
política aplicada desde Gipuzkoa.
Rodolfo Ares lo trasladó ayer al escenario electoral para alertar de
que “la imposición” que Bildu pretende con el euskera es “el ejemplo de
lo que nos espera si ganan los nacionalistas” el 21-O. Al explicar la
campaña electoral de los socialistas vascos, en la que se esperan gastar
un 10% menos del tope de 1,5 millones fijado por ley, el dirigente del PSE-EE
enfatizó que “es el ejemplo más claro de quien quiere construir de
inmediato la independencia, de quien quiere un modelo de sociedad en el
que todos seamos como ellos quieren que seamos”.
Argumentos como el de Bildu permiten engrasar al PSE su mensaje de
que en las próximas elecciones “nos jugamos el modelo de convivencia que
la ciudadanía quiere para los próximos años. El responsable de la
campaña socialista proclamó que “somos la muralla a nuevos planes
Ibarretxe que nos fracturas y nos dividen”, recordó.
En un contexto de legalidad lo situó lógicamente el delegado del
Gobierno. Urquijo se dirigió directamente a Martin Garitano, diputado
general de Gipuzkoa, para asegurarle que “no permitirá compartamientos
fuera de lugar en un Estado de Derecho” y en esa línea “garantizó la
elección de idioma a todos los guipuzcoanos”. El representante del
Gobierno central en Euskadi tiene claro que: “Garitano se ha equivocado
de país”.
Para el PP, apuestas como la de Bildu por el euskera en Gipuzkoa consolidan sus posiciones frente a la apuesta nacionalista. Antonio Basagoiti, su presidente en Euskadi, entiende que la coalición abertzale
actúa como unos “nazis, siendo los judíos quienes hablan en
castellano”, y anuncia que ha informado de esta política al Gobierno
central para que “estudie las acciones legales oportunas”.
Basagoiti entiende que “para ellos , a los que hay que perseguir y
acosar, y no tienen condición de ciudadanos, son los que hablan
castellano. Bastante tenemos los ciudadanos con la crisis económica para
que encima se les unan esas actitudes de corte nazi y talibán”, ha
insistido antes de responsabilizar de esta situación al PNV, ya que “son
quienes dejaron gobernar en Guipúzcoa a Bildu”.
Desde la parte aludida, el candidato a lehendakari del PNV, Iñigo Urkullu,
dijo en una charla con internautas de El Mundo, que, “por mucho que el
euskera sea nuestra lengua propia”, su partido no cree en “la
imposición” de este idioma, sino que apuesta por una política lingística
"para la convivencia".
En el caso de EB, la apuesta lingüística de Gipuzkoa le parece “un
error” porque “hace flaco favor a la normalización del uso” de este
idioma. Y recuerda que en este territorio es donde el euskera está más
extendido y que “sigue habiendo un porcentaje de la población que ni lo
utiliza ni lo habla”.
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