Cuatro agentes de los Mossos d’Esquadra que fueron condenados por torturar
a un detenido tienen un máximo de 45 días para ingresar en prisión. La
Audiencia de Barcelona ha rechazado el último recurso que tenían para
eludir la cárcel Manuel Farré, Jordi Perisse, Joan Salva y Fernando Cea.
El proceso judicial de uno de los casos de torturas más graves
ocurridos en Cataluña ha sido largo y complejo. Los hechos ocurrieron en
julio de 2006, cuando los agentes confundieron a un ciudadano rumano con un ladrón, le apalearon y le humillaron.
La Audiencia de Barcelona les condenó a seis años de cárcel; el Tribunal Supremo rebajó la pena a cuatro años y medio y el Gobierno les concedió un polémico indulto que rebajaba aún más la pena hasta los dos años, por lo que, en principio, podrían eludir el ingreso en prisión. Pero los agentes toparon con la Sección Novena de la Audiencia
que, pese al indulto, decidieron que la pena debía ser ejecutada porque
los hechos son “muy graves” y por la “peligrosidad criminal” de los
policías.
Los agentes solicitaron un segundo indulto al Gobierno central,
una decisión que esa misma sección considera “una suerte de fraude de
ley o abuso de derecho”. Como último recurso, sus abogados pidieron
suspender la pena mientras se tramitaba el indulto. Pero la Audiencia ha
rechazado también esa petición y ha ordenado su ingreso en prisión.
Los agentes ya cumplieron la pena de inhabilitación impuesta por el
Supremo, por lo que ahora están en activo y lo seguirán estando hasta
que estén entre rejas. El comisario de los Mossos d’Esquadra Joan Miquel
Capell se mostró ayer “sorprendido” por la decisión “sin precedentes”
de la Audiencia y cuestionó, por ejemplo, que aluda a la supuesta
peligrosidad de los agentes.
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