La rueda de prensa de presentación de las nuevas previsiones del FMI
arrancó ayer en Tokio con dos preguntas sobre España. Y no eran de
periodistas españoles. Los problemas de la zona euro, y de España e
Italia, en particular, se han convertido en protagonistas de la asamblea
de otoño del organismo. En un informe presentado esta madrugada por el
español José Viñals, el Fondo contempla que la prima de riesgo española
pueda subir hasta los 750 puntos básicos, un nivel insostenible, si las autoridades europeas no toman las decisiones adecuadas a tiempo.
Entre esas decisiones, está la del Gobierno español de pedir o no un rescate
preventivo y someterse a sus condiciones de modo que el Banco Central
Europeo (BCE) pueda comprar bonos en el mercado y todo ello abarate la
financiación de la creciente deuda pública española.
En su informe sobre Perspectivas económicas mundiales, el
Fondo ya sugería el lunes veladamente la conveniencia de dar ese paso.
Ayer, el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, y su segundo, Jörg
Decressin, se enfrentaron a esa pregunta. ¿Aconsejan a países como
España e Italia pedir el rescate sin dilación? Decressin se salió por la
tangente: es “una cuestión de la evolución del mercado”, dijo primero,
para tirar después del manual: “Estamos preparados para ayudar a esos
países dentro de nuestras competencias y es una decisión suya si quieren
pedir ayuda”.
Blanchard fue algo más sugerente: “La cuestión es por qué las
rentabilidades de los bonos italianos y españoles han bajado. Es posible
que sea por la anticipación de los inversores de que en realidad van a
aceptar esos programas y beneficiarse del OMT en algún momento en el
futuro. Y, si ese es el caso, no podemos estar seguros de que las
rentabilidades vayan a seguir bajas por mucho tiempo”, indicó, dando a
entender que para asegurarse de ello lo mejor es dar el paso.
A los mercados les gusta el rescate
El mercado, de hecho, viene reaccionando positivamente a las noticias que apuntan en dirección al rescate y negativamente, cuando parece que esa decisión se aleja o difumina, sea porque España no quiere o porque algunos de sus socios, y en particular Alemania, no son muy receptivos.
Pero la pasividad europea puede salir muy cara. Ese es otro de los
mensajes que el Fondo está transmitiendo de manera machacona desde
Tokio. Esta madrugada ha sido el Informe sobre estabilidad financiera
global, responsabilidad de Viñals, el que ha vuelto sobre el tema.
El informe dibuja tres escenarios. Uno, el central, en el que las
autoridades europeas van tomando decisiones para resolver la crisis,
digamos, sin demasiado entusiasmo. En ese escenario se avanza en una
mayor integración, se establece la supervisión financiera única dentro
de plazo (lo que parece poco probable con Alemania a la contra), se
contienen las primas de riesgo (“incluido potencialmente” el programa
del BCE) y los Gobiernos de los países periféricos continúan con sus
programas de ajuste. En este escenario, dice el Fondo, la confianza se
recuperaría gradualmente y la fuga de capitales se frenaría. El FMI
recuerda en su informe los datos ya conocidos (un poco desfasados,
porque ya hay cifras más recientes publicadas,
de la balanza de pagos española, que muestran una salida de capitales
de más de 300.000 millones de euros en los últimos 12 meses). Aun así,
en este escenario central la economía caería en los países con problemas
y crecería muy poco en los centrales.
Pero si no se adoptan esas medidas, si los compromisos europeos
recientes (como la unión bancaria) no se cumplen, crece la resistencia a
las reformas en los países con problemas o se evapora el apoyo de los
centrales, la fragmentación financiera se acentuaría, dañando a los
bancos y al crédito. Más adelante, el Fondo pone números a ese
escenario. La prima de riesgo española estaría en 750 puntos básicos y
la italiana, en 700. La economía española se contraería 1,9 puntos
adicionales en 2013 (con lo que el retroceso sería del 3,2%) y la
italiana, 1,6.
Calendario para la unión bancaria
En mayor o menor grado, esos escenarios reducirían el crédito, la
inversión, el empleo y el PIB. Para evitarlo, el FMI apuesta por otro
más ambicioso, en el que las autoridades europeas fijen (y cumplan) calendarios precisos para los diferentes pasos de la unión bancaria
(supervisión única, fondo de garantía de depósitos común, mecanismos de
resolución de crisis y recapitalización directa de la banca a través de
los fondos de rescate europeos) y fiscal (con pasos hacia los
eurobonos). La compra de bonos por el BCE y el apoyo del fondo de
rescate europeo a países con problemas completan este escenario que,
según el Fondo, revertiría la fuga de capitales de los países
periféricos, normalizaría las primas de riesgo, reabriría los canales
del crédito e impulsaría la economía.
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Lo que también tiene claro el Fondo es que el crédito seguirá cayendo
con fuerza en España como consecuencia del proceso de desapalancamiento
de la economía. El informe señala que la reciente caída del crédito
bancario a las empresas no financieras “es a grandes rasgos consistente
con una senda de desapalancamiento que llevaría las ratios de
crédito/PIB en 2017 a los niveles de 2003-2004”. Pero eso es una caída
de 25-30 puntos del PIB, una contracción del crédito brutal.
El FMI señala que el modo en que las grandes empresas se han lanzado a emitir bonos en cuanto el BCE ha abierto una ventana
con sus anuncios muestra que tratan de sustituir la decreciente
financiación bancaria por el recurso al mercado de capitales. Pero ese
no solo es un camino vedado para las pymes sino que, además, puede
cerrarse también para las grandes empresas si su calificación crediticia
se ve arrastrada por la del Reino de España a niveles de bono basura.
El gobernador del Banco Popular de China no irá a la reunión
AGENCIAS
El gobernador del Banco Popular de China, Zhou Xiaochuan, y el
ministro chino de Finanzas, Xie Xuren, han cancelado su asistencia a la
asamblea organizada por el FMI y el Banco Mundial en Japón. El anuncio de la ausencia de Xuren y Xiaochuan llega en medio de la tensión entre ambos países por la disputa de las islas Senkaku, un archipiélago deshabitado en el mar de China oriental conocido como Diaoyu por Pekín.
El Ministerio japonés de Finanzas ya ha hecho saber que considera "lamentable" el gesto. Los dos cargos ausentes serán sustituidos por el viceministro de Finanzas de China, Zhu Guangyao, y el vicegobernador del Banco Popular, Yi Gang, según la agencia japonesa Kyodo.
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