Al final ha sido imposible. El fuerte viento ha
impedido que el aventurero y piloto austriaco Felix Baumgartner
(Salzburgo, 1969) saltara en caída libre desde una altura de 36.576
metros, salto con el que pretendía superar la velocidad del sonido, es
decir, los 1.110 kilómetros por hora. La misión ha sido interrumpida a las 17.45 GMT,
dos horas después de iniciarse los preparativos para inflar el globo en
el que el deportista iba a subir a la estratosfera desde Roswell (Nuevo
México, EEUU).
Baumgartner se encontraba ya dentro de la cápsula cuando los vientos
han vuelto a cobrar fuerza después de haber amainado unas horas antes,
lo que había permitido iniciar los preparativos,
informa Efe. El salto había sido previsto en principio a las 06.30 horas
en Roswell (14.30 hora peninsular). Sin embargo, las fuertes rachas de
viento en la localidad habían obligado a suspenderlo ya una primera vez.
La expectación generada en torno a este experimento ha sido mayúscula a lo largo de toda la jornada.
Baumgartner, que ha permanecido buena parte del día enfundado en el
traje espacial con el que esperaba aterrizar en el desierto de Nuevo
México 20 minutos más tarde de su salto, se hubiese convertido en la
primera persona que logra romper la barrera del sonido sin ayuda mecánica.
De tener éxito, batiría también el actual récord de salto en caída
libre, establecido en 31.333 metros. Lo logró en 1960 el estadounidense
Joe Kittinger, que a sus 84 años se ha convertido en uno de los asesores
más valiosos de Baumgartner en esta misión, bautizada como Red Bull
Stratos. "Joe siempre me dice que tenga confianza en los miembros de mi
equipo, en mi equipamiento y en mí mismo. Y en este momento, la tengo",
asegura Felix Baumgartner a EL MUNDO.es a través de un correo
electrónico.
Con la fecha para el lanzamiento aún por confirmar, aunque todo apunta a que el jueves las condiciones meteorológicas sí serán las idóneas,
la misión se mantiene tal y como ha sido concebida. Baumgartner viajará
en el interior de una cápsula presurizada, que abrirá cuando llegue el
momento de lanzarse al vacío. El salto en caída libre, durante el cual
superará la velocidad del sonido, durará cinco minutos y 35 segundos.
A continuación, ya con el paracaídas desplegado, seguirá descendiendo
hasta la Tierra durante 10 o 15 minutos más. La hazaña será
retransmitida en directo a través de la web redbullstratos.com.
Baumgartner, que ha completado más de 2.500 saltos desde lugares tan
emblemáticos como el Cristo Redentor de Río de Janeiro, las torres
Petronas de Kuala Lumpur o el Taipei 101, el edificio más alto del
mundo, asegura que el desafío de convertirse en el primero en romper la
barrera del sonido en caída libre es sólo uno de sus objetivos. Los datos recogidos permitirán averiguar cómo reacciona el cuerpo al viajar a velocidades tan altas
y ayudarán a desarrollar procedimientos de emergencia. Quizás algún
día, apunta, será posible que un astronauta pueda regresar si su nave se
avería.
El 25 de julio, durante su último ensayo, saltó desde una altura de
29.610 metros. Pese al éxito de esta prueba, el piloto, que no tiene
hijos pero sí novia, es consciente del riesgo que corre y admite que el miedo se ha convertido en un amigo que le ayuda a no ir demasiado lejos.
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