El termómetro de la campaña electoral gallega se disparó este martes después
de que EL PAÍS publicara el informe del Consello de Contas que
certifica que la Xunta desplazó irregularmente facturas por valor de 411
millones del ejercicio 2010 al 2011, lo que le permitió cumplir con el límite de déficit para ese año (el 2,4%) y no entrar en el grupo de las comunidades incumplidoras por seis décimas.
Varias horas después de conocerse el documento, que está pendiente de
las alegaciones de la Xunta para su aprobación definitiva, la
Consejería de Hacienda se defendió diciendo que las cuentas públicas ese
año fueron “avaladas tanto por el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF),
como por el Gobierno central socialista”. Sin embargo, el comunicado no
entra a analizar los desplazamientos de 223 millones de euros de gastos
que varias consejerías endosaron al ejercicio 2011 “sin que existan
razones de orden económico, contable o presupuestario que lo
justifique”, como señala Contas, y fuera de los supuestos recogidos en
la ley. Tampoco dice nada sobre los 188,2 millones de euros que el
Servicio Gallego de Salud trasladó irregularmente de un año a otro.
Hacienda, sin embargo, apunta a que actuó siempre “cumpliendo de manera
estricta la normativa vigente”, pese a que un análisis aleatorio de
facturas realizado por el órgano fiscalizador desvela que el 83% de los
pagos comprometidos de ocho departamentos se computasen mal.
El presidente y candidato a la reelección, Alberto Núñez Feijóo, se apresuró a negar la mayor a primera hora de la mañana. “Es imposible”, dijo, trasladar 400 millones de facturas de 2010 a 2011
y cerrar ese ejercicio con un déficit del 1,6%, “el más bajo de España.
Sería un gran milagro”, ironizó. Sus palabras chocaron con las del
consejero mayor del Consello de Contas, Luciano Fariña, que intentó
quitar hierro al asunto asegurando que “no es la primera vez” que el
ente fiscalizador detecta estas anomalías y auguró que “habrá gastos que
se pasen del ejercicio de 2011 al de 2012”.
El PSOE aprovechó todas las comparecencias públicas de sus candidatos
para arremeter contra la gestión de los populares y aprovechó para
solicitar en el Congreso la comparecencia de la secretaria de Estado de
Presupuestos, Marta Fernández Currás, que entonces llevaba las riendas
de la Hacienda gallega.
El cabeza de lista por A Coruña y exministro de Justicia, Francisco
Caamaño, consideró que el informe es “la evidencia palmaria de que
Feijóo, que tanto presume de solvencia, consigue esa apariencia haciendo
trampas en las cuentas”. El propio Pachi Vázquez, candidato a la
presidencia, lo sacó a relucir en el debate televisado por el canal
autonómico en el que se medía la pasada noche con el nacionalista
Francisco Jorquera. Desde el BNG insistieron en que “Feijóo está montado
en la mentira permanente”.
La Xunta no solo desplazó 411 millones en facturas mal contabilizadas
del ejercicio 2010 a 2011. También incumplió la propia ley
presupuestaria, que en el artículo tres “no permite disminuir los
créditos consignados en el programa 312D-Servicios Sociales de atención a
personas dependientes”. El documento señala que a lo largo de aquel
ejercicio se aprobaron “9.674.865,21 euros de transferencias positivas y
20.853.621,41 euros de transferencias negativas”, para esta partida,
por lo que el saldo resultante es “significativamente negativo”.
“Resultan preocupantes las carencias de control”
El informe emitido por el Consello de Contas, organismo fiscalizador de la Xunta de Galicia, no deja lugar a dudas sobre los movimientos irregulares de créditos que se realizaron en el ejercicio 2010 para cuadrar los números.“El artículo 60.2.b de la Ley de Régimen Presupuestario y Financiero de Galicia permite aplicar a los créditos del presupuesto vigente, en el momento de la expedición de las órdenes de pago, obligaciones derivadas de compromisos de gastos debidamente adquiridos en ejercicios anteriores. (...) Sin embargo, la Administración no hace un reconocimiento formal de estas obligaciones, y por lo tanto tampoco realiza su contabilización dentro del ejercicio”.
Según el Consello de Contas, “resultan preocupantes las carencias de control en el seguimiento y validación del gasto desplazado, que no facilita una cuantificación fiable del mismo”. Esta práctica, que afectó a facturas de 411 millones de euros, puede acabar “distorsionando el resultado presupuestario”, y afecta “negativamente a los presupuestos futuros”, al disminuir la capacidad de maniobra “por las cargas arrastradas”.
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